“La vida es tan buena maestra que si no aprendes la lección te la repite”, y ahí vamos los bolivianos repitiendo, viviendo en círculos muchas veces viciosos. De todo se aprende, pero para ello es necesario pausar, reflexionar, enmendar, pues si la soberbia es el timón, difícilmente podremos palpar resultados distintos.
La crisis ha salido del parlamento y se ha estacionado en las calles: ¿la razón del conflicto? Me atrevería a señalar que va mucho más allá del paquete normativo en debate, sino que es reflejo de una polarización, que desde la sociedad civil representa una oportunidad más para poner un freno al ejercicio del poder que busca incrementarse como fin mismo, alejado de generar las condiciones para el ejercicio y fortalecimiento de los Derechos Humanos. Lamentablemente las democracias latinoamericanas en los últimos años a través de la institucionalidad política han buscado el crecimiento de partidos políticos como primer objetivo, quedando en un plano secundario las políticas públicas en favor de todos, situación de la cual lamentablemente nuestros gobiernos de turno también hicieron eco.
Entre las protestas, surge el reclamo por la restitución de los 2/3, para ello hace falta recordar que el año pasado – mas o menos por estas fechas- el Movimiento al Socialismo (MAS), empleando una maniobra política, eliminó los 2/3 en la forma de votación establecida en los reglamentos de las Cámaras de Diputados y Senadores, para la toma de ciertas decisiones cruciales, reemplazando la exigencia de los dos tercios, por la mayoría absoluta.
Las modificaciones la realizaron los parlamentarios de la legislatura saliente, allanando el camino para los actuales, en búsqueda de ajustar la toma de decisiones acorde a la nueva realidad y composición parlamentaria del partido azul, toda vez que ya no gozan de los 2/3 de parlamentarios.
Entre algunas de las decisiones que ya no serán tomadas por los 2/3 están: ascensos a Grados Máximos de las Fuerzas Armadas y Policía Boliviana; ratificación de nombramiento de embajadores; alteración del orden del día y moción de cierre del debate, entre otros. Lo que significa en la práctica modificar la agenda legislativa y dejar fuera del debate a la oposición.
Pero el tema no es nuevo, pues en el proceso constituyente de Bolivia del año 2006 uno de los temas más debatidos no tuvo que ver precisamente con el contenido del texto constitucional que se redactaba, sino con los votos necesarios para su aprobación. Desde las regiones y partidos opositores al MAS se protestó para incluir esta regla que permitía una real participación en un proceso constituyente llamado a “consensuar y construir”.
Cuestionamiento que desató una serie de protestas, derivando en el estancamiento del proceso constituyente, posteriormente la huelga de los constituyentes y la realización de cabildos simultáneos en 4 departamentos, ¿el final de esta historia?, es la aprobación del texto constitucional en un Regimiento ubicado en Oruro sin la presencia de la oposición y violando la Ley de Convocatoria de la Asamblea Constituyente; texto que finalmente fue cambiado por el entonces Congreso, vale decir, se desdibujó la esencia y naturaleza del proceso constituyente.
La profundidad de lo que implica los 2/3 no puede ser analizado desde la aritmética o simplemente desde un cálculo de curules, hacerlo sería tan simplista como reducir a la democracia simplemente al voto popular, cuando su riqueza se encuentra en la conjunción de todos sus elementos.
Los 2/3 implica el reconocernos diferentes, el practicar la riqueza de la diversidad, es dar un paso de la retórica a la práctica, implica escucharse para comprenderse, construir desde lo heterogéneo, incluir minorías, respetar libertades y profundizar en la igualdad.
La democracia no puede ser manoseada al punto de anular o ver en todo el que piensa distinto como adversario o enemigo. Aquí, una vez más seguimos repitiendo, a la espera de que esta vez sea la definitiva para aprender ciertas lecciones.
Que reflexión tan oportuna, sesuda y pertinente, tan simple y profunda, vale la pena su lectura