Mujeres y niñas sin casa. Violencia y derecho al techo propio. El caso de las trabajadoras del hogar en Tarija, es el título del libro que reúne la investigación de Mariel Paz Ramírez, Karina Olarte Quiroz y Alba van der Valk Tavera sobre la relación entre la vivienda propia y la violencia laboral que sufren las trabajadoras del hogar. El evento de presentación fue realizado el jueves 15 de junio en el centro cultural Casa CreArt.
Poco después de las 16:30 la sala vería colmado su espacio con más de 60 asistentes. Entre ellos se encontraban las trabajadoras del hogar y sus dirigentes, las familias de las investigadoras y representantes de instituciones públicas como el Gobierno Autónomo Municipal de Tarija y la Agencia Estatal de Vivienda.
Tras la apertura, Bethel Núñez, representante del Fondo de Mujeres Bolivia Apthapi Jopueti —organización que financió el trabajo—, resaltó los problemas sistémicos que causan situaciones como las que viven trabajadoras asalariadas del hogar. Este grupo vulnerable, se encuentra expuesto a situaciones de violencia, tanto por los empleadores como por quienes habitan con ellas, según se muestra en la investigación. Hay que tomar en cuenta que la mayoría de las personas de este sector no tienen casa propia.
La coautora Mariel Paz fue la siguiente en tomar el micrófono para relatar cómo se decide realizar la investigación. Fue en el año 2020 que, en días de pandemia y de cuarentena, un caso de violencia en la ciudad de El Alto llamó la atención de las investigadoras.
Se trataba del caso de una niña que fue asesinada y abusada sexualmente por un vecino mientras su madre, se encontraba en su trabajo. Otro hecho que las motivó a realizar el proyecto fue la convocatoria del Fondo de Mujeres Bolivia Apthapi Jopueti para proyectos con enfoque feminista.
Alba van der Valk se encargó de mostrar al público algunos de los datos numéricos recabados en la investigación. De ellos, resalta que alrededor de un 25 % de las trabajadoras del hogar cuenta con una casa propia, mientras que el resto vive en viviendas prestadas, alquiladas, en anticréticos, con familiares o concubinos. Además, gran parte de ellas llegó a la ciudad desde el entorno rural u otros departamentos.
La cuarta participación fue para Karina Olarte Quiroz, quien dedicó su tiempo a mostrar parte de la metodología empleada para conocer los datos cualitativos, destacando los sueños que tienen las trabajadoras del hogar, mediante la novedosa “narrativa textil”.
Con esta técnica, las trabajadoras del hogar usaban textiles para ilustrar metas, sueños y aspiraciones, creando piezas visuales con tela e ilusiones.
Acto seguido, Beatriz Sullca, representante del Sindicato de Trabajadoras Asalariadas del Hogar de Tarija, dio un discurso en el que mostró su agradecimiento a las investigadoras del colectivo Amanqay por preocuparse por su sector y mostrar más que datos fríos. La última oradora fue Flora Mamani, representante de la asociación de trabajadoras asalariadas del hogar 30 de Marzo. Sus palabras fueron un llamado a sus colegas para exigir el respeto de sus derechos laborales.
Finalmente, la maestra de ceremonia Brisa Fernández Forte, abrió un espacio para preguntas y comentarios. Dada la presencia de un representante de la Agencia Estatal de Vivienda, las interrogantes apuntaron a su persona, quien, luego de responder a las consultas, se comprometió en programar una reunión con las dirigentes.
La última participación fue de una trabajadora asalariada del hogar que destacó las cosas buenas y entrañables de su oficio. El acto se cerró con un brindis de honor y con los asistentes adquiriendo el libro de la investigación.
Tras la presentación, Karina Olarte Quiroz señaló algunos puntos importantes a Verdad con Tinta. Uno de ellos es que, más allá de que las trabajadoras asalariadas del hogar no cuenten con hogares propios en la actualidad, se encuentran prácticamente imposibilitadas de hacerlo en el futuro. «Indican desde sus propias voces que, por más que quieran ahorrar o acceder a un crédito, no pueden hacerlo por sus bajos salarios», explica.
«El no tener techo propio las vuelve más vulnerables», recalca la investigadora. Para Karina Olarte hay un «montón de variables» que son parte de esta «interseccionalidad» con la que se entiende el hecho de ser mujer, ser del área rural y ser trabajadora del hogar.
La «interseccionalidad» es un enfoque que subraya que el sexo, el género, la etnia, la clase o la orientación sexual u otras categorías están interrelacionadas.
«Estas condiciones pueden ser similares en mujeres más allá de solamente las trabajadoras del hogar. Es importante trabajar las políticas públicas en estos casos».
Karina Olarte destaca la metodología empleada para la investigación. El libro fue trabajado bajo el enfoque de los paradigmas feministas y con procesos que se alejan de los «esquemas formales, occidentales y tradicionales». Es así que se planteó un trabajo reflexivo en el que las trabajadoras asalariadas del hogar, más que ser vistas como fuentes de información, eran fuentes de saber y de sabiduría, la que compartían de forma horizontal con métodos como la «narrativa textil».
Mujeres y niñas sin casa. Violencia y derecho al techo propio. El caso de las trabajadoras del hogar en Tarija tiene un tiraje de 300 ejemplares que pueden ser comprados por Bs 25 cada uno contactando a las investigadoras del colectivo Amanqay o a las representantes de las trabajadoras asalariadas del hogar.