Adriana Atunduaga Rojas junto con su equipo ha dado vida a Cascaritas, un innovador proyecto radicado en la ciudad de La Paz que nace de la necesidad de encontrar alternativas al uso de plástico en el envasado de alimentos.
El proyecto surge desde la experiencia de Adriana en una maestría en Chile, cuando se encontraba en una búsqueda de soluciones, experimentando con diversas formulaciones hasta lograr envoltorios reutilizables de cera de abeja y aceite de coco.
La inspiración detrás de su emprendimiento surge de las salidas familiares en las que se llevaba una gran cantidad de envases de plástico. «Empezamos a cuestionarnos sobre la sostenibilidad y buscamos soluciones», recuerda.
Su trabajo con una amiga en Chile dio lugar al producto que hoy se conoce.
Su propuesta consiste en desarrollar envoltorios reutilizables elaborados de cera de abeja, destinados a reemplazar el plástico en el envasado y almacenamiento de alimentos en los hogares.
Estos envoltorios sostenibles son fabricados con telas de algodón y están recubiertos de cera de abeja.
Más allá de ofrecer una alternativa ecológica al envasado de alimentos, Cascaritas tiene como objetivo revalorizar la cera de abeja como materia prima.
Esta pequeña empresa colabora con productores de Cochabamba, La Paz, Santa Cruz y Tarija para asegurar un suministro sostenible.
Cascaritas pone a disposición una variedad de envoltorios en tres dimensiones para adaptarse a las necesidades específicas. Además, ofrece un paquete que contiene tres unidades a un precio de Bs 65.
El proyecto fue presentado en el concurso nacional «Emprende Ideas» de la fundación Samuel Doria Medina Arana, donde quedó seleccionado entre los 15 finalistas.
«Ahí fuimos partícipes; bueno, con Samuel-Doria Medina- hicieron un par de videos, se vincularon algunas personas que están ligadas a las redes sociales para hacer contenido como Albertina -Sacaca- y eso nos potenció bastante”, recuerda la emprendedora.
Adriana Atunduaga Rojas destaca el apoyo de la fundación Samuel Doria Medina Arana en el camino de este emprendimiento.
A pesar de no ganar un premio monetario, valora la visibilidad obtenida en el concurso y considera que este es un paso significativo en su joven proyecto, el cual ha destacado entre más de 4000 participantes. ‘’Era un salto bastante grande que estábamos dando’’.
Si bien el proyecto no quedó entre los ganadores, Adriana señala que esta experiencia deja una puerta abierta para encontrar otras oportunidades.
Con once meses en el mercado, Cascaritas se convierte en un ejemplo de innovación y enfoque de sostenibilidad ambiental, con miras a un futuro amigable.