Nivardo Y.C. cometió en enero el tercer feminicidio de 2024 en Bolivia. Él tenía una orden de alejamiento vigente que le prohibía acercarse a Hilda T.V., la víctima. En Cochabamba, pero en octubre de 2023, Abel C.G. tenía una orden de alejamiento y aun así atentó contra la vida de su expareja.
Cada vez que los titulares copan los medios de comunicación con este tipo de casos, suelen surgir las siguientes preguntas: ¿Son efectivas las medidas de seguridad para las víctimas de violencia?, ¿puede una víctima sentirse segura con una orden de alejamiento? e ¿implica el proceso de denuncia mayor sufrimiento para la persona violentada?
Fabiana Rivas Villena, quien se desempeña como psicóloga social y es activista del colectivo Lideresas con Compromiso Social (Licas), ha podido seguir de cerca casos de denuncias por violencia de distintos tipos. Es usual que mujeres que han sido agredidas se acerquen al colectivo para solicitar una asesoría a la hora de denunciar, y ella es de las que ayuda y acompaña el proceso.
“Es importante promover la denuncia ante cualquier caso de violencia. De esa manera no solo nos cuidamos a nosotras mismas, sino también a una posible futura pareja del agresor”. Sin embargo, desde su experiencia ha podido ver dos realidades: ni las víctimas se sienten seguras durante y luego de la denuncia, ni los agresores se alejan de ellas.
“Es importante promover la denuncia. De esa manera no solo nos cuidamos a nosotras mismas, sino también a una posible futura pareja del agresor”
Fabiana explica que uno de los problemas radica en que las instituciones que reciben las denuncias toman a las víctimas como “un documento más”, en sus palabras. “Faltan mecanismos más empáticos. Muchas dicen: ‘no quiero denunciar y vivir esta situación de estar tocando puertas’”.
Y es que durante el proceso es común que se den casos de revictimización. Jessica Antelo, abogada, explica que la revictimización ocurre cuando una persona que ha sido vulnerada se ve obligada a revivir más de una vez el hecho de violencia.
“Las personas cargan las heridas físicas y encima tienen que contar cómo fueron atacadas a la policía, a la psicóloga, al abogado y a diferentes instancias. El sistema las hace recordar y recordar el daño que sufrieron”, explica. Para Jessica, se trata de un proceso que debería optimizarme y minimizar las veces que la víctima revive su ultraje.
¿Se siente la víctima segura con las medidas de protección? Fabiana está segura de que no. Uno de los motivos es que si el agresor incumple la orden de alejamiento, para que la víctima pueda denunciarlo debe presentar pruebas. No todas tienen cámaras de seguridad o la suerte de encontrar un testigo, por lo que las violaciones a las órdenes de alejamiento suelen pasarse por alto.
“Las personas cargan las heridas físicas y encima tiene que contar cómo fueron atacadas a la policía, a la psicóloga, al abogado y a diferentes instancias. El sistema las hace recordar y recordar el daño que sufrieron”
Al respecto, Carla Bravo, quien trabaja junto a Jessica Antelo en el estudio jurídico Teko Kavi, no teme tachar de “bastante habitual” a ese tipo de incumplimientos. “La orden de alejamiento se da en un proceso penal contra el agresor. Este no puede acercarse a los lugares que frecuenta la víctima ni sus descendientes, tampoco debe contactarla de ningún modo”, explican. En teoría, el incumplimiento de las medidas de protección desemboca en una detención preventiva o multas para el agresor, pero sin pruebas los atacantes no ven consecuencias.
Por ejemplo, que un agresor utilice a una tercera persona para mandar un mensaje de cualquier naturaleza a la denunciante ya se considera como una violación a la orden de alejamiento.
Según Jessica, el acto de denunciar es en sí mismo una acción que motiva al agresor a intimidar de forma intencional: “Cuando les llega la denuncia suelen llenarse de rabia y tratan de acercarse a la víctima”.
“La orden de alejamiento se da en un proceso penal contra el agresor. Este no puede acercarse a los lugares que frecuenta la víctima ni sus descendientes, tampoco debe contactarla de ningún modo”
Otro aspecto resaltado por las abogadas es que “la carga probatoria debería caer en el agresor”, es decir, que sea él quien demuestre que no violó las medidas de protección y no recaiga en la víctima demostrar que sí lo hizo.
“La carga probatoria debería caer en el agresor”
Tanto por los casos que atendieron en calidad de abogadas como aquellos que conocen por otros motivos, Carla y Jessica saben que las medidas de protección no son sinónimo de seguridad para las víctimas. “Ellas no se sienten seguras porque su agresor puede acercarse aun teniendo la orden de alejamiento”, señalan.
Son comunes los casos en los que agresor y víctima comparten un hogar y hay una dependencia económica, ese contexto logra que las medidas de protección sean generalmente una formalidad que no garantiza la seguridad de la persona vulnerada.
En Santa Cruz, el feminicida de María A.Y. tenía en marzo de 2023 de igual manera una orden de alejamiento.
Apuntes
- La Ley 348 identifica 17 tipos de violencia distintos.
- Las instancias para realizar una denuncia son la Fiscalía y la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV).
- Una persona violentada también puede acercarse al Servicio Legal Integral Municipal (Slim), a la Secretaría de la Mujer o a la Defensoría de la Niñez para recibir asesoramiento antes y durante la denuncia.