El jaguar, símbolo de resistencia y equilibrio ecológico, protagoniza el nuevo documental Tata Guasu presentado por la organización no gubernamental Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa) y la revista Nómadas, que denuncia la devastación ambiental en el Chaco-Pantanal.
El documental presenta imágenes de impacto y testimonios. La pieza visibiliza las amenazas que enfrentan estos territorios por las quemas ilegales y rinde homenaje a la labor de comunidades indígenas, guardaparques y bomberos forestales que luchan por defender la vida.
Nativa, organización sin fines de lucro dedicada a la conservación ambiental y el desarrollo sostenible, impulsa esta iniciativa desde su trabajo territorial en los departamentos de Santa Cruz y Tarija.
La presentación de este documental fue realizada el pasado lunes 12 de mayo en instalaciones de la Universidad Católica Boliviana de Tarija.
Al evento fueron activistas, ambientalistas, docentes y estudiantes que presenciaron los hallazgos de los trabajos periodísticos realizados.
La producción recorre paisajes profundamente afectados por los incendios forestales de 2024, lo que evidencia el impacto de las quemas ilegales, que superaron el 70% de los focos de calor registrados, afectando incluso áreas protegidas y fuentes de agua potable.
Los testimonios de guardabosques y bomberos voluntarios muestran la lucha diaria por preservar los ecosistemas, en especial la vida del emblemático jaguar, un depredador considerado “clave” en la cadena alimenticia.
“El jaguar no es solo una especie, es un símbolo de resistencia”, dijo en la presentación Waldo Cossío Torrico, quien es coordinador de proyectos y representante de Nativa.
En su intervención, subrayó que el amor profundo por la naturaleza se ha convertido en una forma de lucha para los pueblos indígenas y los bomberos ambientales que arriesgan su vida por preservar la biodiversidad.
Los testimonios revelan la falta de recursos para los cuerpos de bomberos, quienes exigen con urgencia donaciones de agua, alimentos y equipamiento básico para continuar con su labor. “Es una lucha a contracorriente, pero lo hacen por amor a la vida”, expresó el productor del documental Adrián Arnold.
Pamela Rebolledo Garin, bióloga que participa en la pieza audiovisual, alerta sobre la pérdida de ejemplares de jaguar y las consecuencias irreversibles de la destrucción del hábitat. A eso se suma la denuncia sobre las causas humanas detrás de los incendios: intereses vinculados al comercio de tierras, nuevos asentamientos y prácticas de ganadería intensiva que aceleran la deforestación.
Los caminos del fuego

Además del documental, en el mismo evento fue presentado el reportaje periodístico Los caminos del fuego, elaborado por el equipo de comunicación de Nativa encabezado por Lipsy Aramayo y Gabriela Alfred.
Durante la presentación del reportaje, Lipsy Aramayo hizo un llamado “urgente” al consumo responsable: “respiramos estos ecosistemas. No solo son lugares bonitos para tomarnos fotos”.
Aramayo ahondó en la necesidad de reducir el consumo de carne, cuestionar el origen de los productos que adquirimos y apostar por productos locales.

El evento concluyó con un espacio de reflexión colectiva, donde representantes de organizaciones civiles y actores sociales coincidieron en la necesidad de corresponsabilidad ciudadana para preservar la naturaleza.
“No se trata de accidentes: necesitamos educar a las nuevas generaciones sobre el valor de nuestros ecosistemas”, remarcó una de las participantes.
Ambos productos periodísticos se erigen como un llamado de auxilio de la naturaleza y una invitación a reconstruir la relación entre humanidad y entorno. Como se afirma en el audiovisual: “con voluntad, es posible hacer frente a las crisis”.

“Detrás del humo”, 5 historias que vale la pena leer
Dentro de la página del reportaje de Nativa, el usuario puede acceder al apartado Detrás del humo, una sección especial que reúne cinco historias que profundizan en las causas, consecuencias y resistencias frente a los incendios forestales.

La primera de ellas, titulada El fuego como aliado y enemigo, explora el vínculo ancestral entre las comunidades y este elemento: durante siglos fue utilizado con sabiduría para limpiar la tierra y proteger los cultivos, pero que hoy, despojado de ese conocimiento, se ha convertido en una amenaza descontrolada.
La segunda historia, El gran paisaje en llamas, es una crónica ambiental que documenta el impacto de los incendios forestales en cuatro territorios del oriente boliviano: Ñembi Guasu, Otuquis, San Matías y Roboré.
A través de entrevistas con guardaparques, comunarios y autoridades locales, el texto presenta un recorrido por los efectos del fuego en estos ecosistemas y las respuestas de las comunidades ante la emergencia ambiental.
Comprender el fuego para combatirlo es otra de las historias que aparece, es una crónica que analiza los factores que determinan la propagación de incendios forestales en Bolivia: topografía, combustible y clima. Con testimonios de ingenieros ambientales y comunarios, expone cómo el mal uso del fuego, sumado al cambio climático, agrava la crisis. Un llamado a repensar la relación con el fuego y priorizar la prevención.

Los guardianes del fuego y El vacío del Estado y la fuerza de las alianzas destacan el papel de las brigadas comunitarias en la lucha contra los incendios en el oriente boliviano. A través de testimonios recogidos en Chochís, Motacucito y San Matías —comunidades situadas en la Chiquitania en el departamento de Santa Cruz— el reportaje revela cómo, frente a la respuesta tardía y limitada del Estado, son los pueblos organizados, las organizaciones no gubernamentales y los voluntarios quienes asumen con compromiso y valentía la defensa del territorio.
Los incendios forestales registrados en 2024 en Bolivia han destruido más de 10,1 millones de hectáreas, superando ampliamente todos los récords históricos de los últimos 10 años. De ese total, 5,8 millones de hectáreas (58%) corresponden a cobertura boscosa, que en mayor proporción se encuentra en los departamentos de Beni y Santa Cruz. Por esta situación y ante la presión de diferentes sectores, el Gobierno nacional hizo el 30 de septiembre la declaratoria de «desastre natural».