La fortaleza de la fe en la extrema pobreza
En las ciudades, las preocupaciones materiales alejan a las personas de la fe; mientras que en el área rural, con situaciones de extrema pobreza, se celebra la vida, siendo más fuerte la religiosidad.
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Mercedes Bluske Moscoso y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta/14 de abril/2017) “Es fuerte, es fuerte lo que ves, tienes que ir un poco preparado, porque ves la realidad de la gente y te sacude”, describió lo que siente el padre Marcelo Barrena, respecto a la realidad de las comunidades del municipio de San Lorenzo en la provincia Méndez, una de las más pobres del departamento.
Barrena es misionero de la Misión Gran Río, pero lo que ve en la zona alta de Tarija es impactante en comparación de todo lo que le tocó conocer a lo largo de su carrera misional; sin embargo, lo que más le impresiona es la fuerza de la gente que vive en esa zona con una “fe impresionante”.
Camarón y León Cancha, son parte de las comunidades que viven situaciones de extrema pobreza, uno va a esos lugares y “se queda pasmado”, dijo el padre, quien no deja de mostrar su admiración por esas personas, cuando las condiciones en las que viven podrían darles las herramientas para no seguir la religión.
“Vos decís, tienen todo para renegar de Dios, para negar a Dios, uno podría decir en esos lugares, dónde está Dios y, sin embargo, es donde más fe encuentras”.
“Es una contradicción entre lo que viven y la fe que profesan. Una persona diría esto no está bien, pero no es así, porque lo poco que reciben lo valoran agradeciendo a lo alto”, explicó el misionero.
Lo que pudo percibir el religioso, es que las personas que viven en estas zonas de extrema pobreza, toman mayor valor a la naturaleza por encima de cualquier bien material, agradeciendo a Dios por las lluvias, por la vida o por la familia.
“Eso me causa mucha impresión, pero al mismo tiempo mucho deseo de trabajar”, dice entusiasmado el padre.
La situación económica en el departamento es crítica y eso puede palparse al caminar por sus montes o comunidades del área rural. “Hay gente que no la está pasando bien”, confirma el religioso respecto a la realidad de la provincia Méndez.
Sin embargo, esta cruda realidad no es un argumento para alejar a sus pobladores de la religión, algo que sí ocurre en la ciudad, donde la mayoría de los ciudadanos se acuerda de Dios cuando necesita dinero o en alguna fecha festiva.
“La gente celebra la vida”, destaca el misionero sobre los creyentes en esta región.
Como dando la razón a las palabras del padre, una mujer se le acerca para reclamarle el por qué la iglesia estuvo cerrada en los días anteriores. “¿Puedo ir a orar ahora?”, le pregunta, “¡Claro que sí!” le responde a lo que ella agrega, “¿pero está abierta la iglesia no?”, generando una sonrisa en el religioso que le contesta afirmativamente.
Para los misioneros, la fe que se vive en las áreas rurales de Bolivia es muy fuerte a comparación de lo que puede notarse en las ciudades.