Políticas públicas
La instalación de pozos en diferentes zonas fue recibida con aplausos en el calor político, pero esta acción podría poner en peligro la dotación del servicio para los próximos 20 a 30 años
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Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-octubre/2018) “Ese es el único estudio serio que se hizo sobre el agua en Tarija”, afirma el ingeniero Villena sobre el trabajo financiado por el Banco Mundial bajo el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ejecutado por el Servicio Geológico de Estados Unidos.
La investigación de las aguas subterráneas del valle central de Tarija fue realizado el año 1981, cuyos resultado no fueron tomados en cuenta por ninguna institución para elaborar los planes de trabajo sobre el manejo sostenible del recurso hídrico.
Lo que pudo averiguarse, es que este trabajo incluso llegó a parar en el escritorio privado de un exfuncionario de la extinta Corporación del Desarrollo de Tarija (Codetar), que dependía de la entonces Prefectura del Departamento.
En otras palabras, el estudio nunca fue utilizado. Una prueba de aquello es que las citadas obras anteriormente no tienen la base de un estudio sobre los acuíferos de Tarija.
“No sabemos si el agua de los pozos que están sacando es milenaria o de un mes”, acota el ingeniero Villena.
En el estudio se devela que existen pozos con agua milenaria, lo que quiere decir, que el líquido tardó más de mil años en acumularse en la arena.
Sin embargo, también hay pozos que se llenan en uno o dos meses, pero la clave para un manejo adecuado de este recurso, está en identificarlos.
“Si perforamos un pozo milenario, podemos consumir el agua en 20 años de algo que tardó mil en llenarse”, compara el profesional.
Según esta explicación, un pozo de estas características, puede ser absorbido, sin que pueda quedar posibilidad de recuperarse en el tiempo esperado.
Lo ideal es trabajar con pozos en los que el agua se filtre en un mes.
Los estudios que fueron realizados para la perforación de pozos de agua filtrante en Tarija, simplemente identificaron las reservas, no definen la edad del agua, como sí había efectuado el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El agua está siendo extraída de pozos cada vez más profundos, lo que refleja una explotación del recurso que poco a poco se va acabando.
“Cuando esto sea de magnitud, no estarán estas autoridades, a otras les recaerá responder por situaciones extremas, las actuales presumirán que solucionaron el problema del agua, cuando en realidad estarían depredando los espacios en los que se encuentra”, advierten estudiantes de la Carrera de Ingeniería Ambiental.
Otro punto importante de dicho estudio es que resalta las zonas colectoras de agua, que se encuentran precisamente en el Rincón de la Vitoria, donde está la actual planta de Cosaalt.
El problema que salta a la vista es que esta zona, estaría siendo urbanizada. “Muchos piensan que la zona de donde se genera el agua solo es en La Vitoria, pero en realidad inicia desde San Andrés”, agregar el académico.
“Lote en venta”, es el letrero más común en el trayecto entre la ciudad de Tarija y el Rincón de la Vitoria pasando por San Andrés.
Escombros, basura y ladrillos son parte del nuevo paisaje de esta zona.
En los espacios recolectores cuando llueve, el agua se va filtrado de a poco hasta que se acumula en un fondo de arena.
Pero si estas zonas son habitadas, además de tapar las posibilidades de que el agua filtre naturalmente, también hay la posibilidad de que el líquido que pase esté contaminado. “Ya bajaría agua sucia”, acota Villena.
Tanto San Andrés como La Victoria están siendo poblados sin ningún tipo de planificación urbana, corriendo gran peligro las fuentes naturales de agua.
Johann Heinrich Hofstetter es un hombre de 60 años, nacido en Alemania, pero radicado hace 18 años en Bolivia, para ser más precisos en Turumayo, donde se hizo de su hogar por la belleza del paisaje.
Johann muestra orgulloso su carnet de identidad con nacionalidad boliviana, siendo un poblador más del área rural de Tarija.
El hombre, si bien se enamoró de los paisajes del valle central tarijeño, ve con preocupación, cómo empiezan a levantarse construcciones de forma ilegal por toda la zona, sin ningún tipo de control.
“¡No entiendo por qué no respetan ni hacen respetar las normas!”, dice admirado por lo que ve en Tarija, una ciudad donde las instituciones no hacen cumplir la ley a comparación de otras capitales en el mundo, en Alemania, algo así es inconcebible.
Por toda la zona pueden verse mallas con los letreros pegados de: “En Venta”, agregado con un número de teléfono del algún agente inmobiliario. “Lotes en venta”, “Terrenos en venta”, son parte de los letreros que se ven por todo el borde del camino de San Andrés.
Las construcciones clandestinas se alzan en el lugar con las denominadas “cajas de fósforos”, como se dice popularmente a este tipo de edificios cuadrados, en los que un piso va sobre otro como si fueran cajitas, con el ladrillo expuesto, sin pintado ni ninguna medida de seguridad.
“No estamos matando los espacios de recolección del agua”, advierte Jaime.
El abogado José Álvarez Plata, envió una serie de cartas alcalde Rodrigo Paz Pereira, alertando de esta situación en la zona de San Andrés sin recibir respuesta alguna.
La Alcaldía indica que la Dirección de Ordenamiento Territorial (DOT), está verificando si la mayoría de estos terrenos han sido avasallados, aunque afirman que la solución definitiva estaría en una nueva normativa municipal, que sancione con medidas más drásticas a los denominados “loteadores”.
Ya en la zona de La Vitoria, la belleza del paisaje de los alrededores hace que el lugar sea un paraíso, pero la falta de agua, puede convertir la vida de Tarija en un verdadero apocalipsis.
La sequía, sumada a la impermeabilidad de los suelos producto de los incendios que afectaron a la zona como a la falta de árboles, más la urbanización de la zona, hacen que la capacidad de la reserva para generar agua, sea cada vez menor.
En tanto, todo se mantiene igual, entre cumplir el deseo inmediato, el discurso político, la ilegalidad y la depredación del agua…
Un visionario que hace falta
Con solo repasar la historia, puede ser fácilmente calificado como el mejor alcalde que tuvo Tarija, él es Isaac Attie (1897-1968+), quien en los años 30 encabezó una serie de obras que cambiaron el rumbo de lo que entonces era un pequeño poblado.
Attie tras conseguir un préstamo de aproximadamente 50.000 dólares de aquella época en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, encaró proyectos de importancia para Tarija, entre los que sobresalen la toma de agua del Rincón de la Vitoria y el Cementerio General. Ambas obras de los años 30 se continúan utilizando en la actualidad.
El Rincón de la Vitoria sigue siendo la principal fuente de agua de la ciudad de Tarija, cuyas tuberías y demás construcciones se mantienen casi intactas.
Proyectos
Para hacer un seguimiento a los proyectos hídricos en el departamento fue creado el Servicio Información Hídrica de Tarija (Sihita) Tarija.
Esta entidad tiene sus oficinas al interior de la Universidad Católica Boliviana, cuya misión es compartir la información de los proyectos hídricos que son encarados en Tarija, explicó uno de sus responsables, el ingeniero José Hoyos.
En la plataforma web de Sihita: sihita.org es donde pudo recuperarse y conocer el alcance del estudio efectuado el año 1981, financiado por el BM respecto a los acuíferos de Tarija.