Inconcebible. Uno de los estudios que más luces pudo dar sobre un manejo responsable del agua, estuvo guardado por más de 10 años en el escritorio de un exfuncionario de la Corporación de Desarrollo de Tarija
(Verdadcontinta-octubre/2018) Un niño abre los ojos por primera vez y lanza el grito de vida, en eso, el médico le da una palmadita en las nalgas, dándole la bienvenida al mundo. Los rostros de la madre, como de los familiares son solo de felicidad, pero ¿qué le depara el futuro?
A nivel mundial se habla de que las nuevas generaciones tendrán un serio problema: la falta del agua. Este recurso podría ser para analistas internacionales fuente de futuros conflictos como ocurre en la actualidad con el petróleo en Medio Oriente.
“El agua es uno de los recursos naturales de mayor importancia en la Tierra. Precisamente esta importancia lo convierte en una manzana de la discordia para los que más la necesitan”, refiere un reporte de la cadena internacional RT.
Hay países y ciudades que han priorizado las políticas de un manejo responsable de las fuentes de agua, de forma que este recurso no falte no solo en el presente, sino en el futuro, ejemplos hay múltiples como Las Vegas en el Estado de Nevada, que se encuentra en medio de un árido desierto.
Pero este niño nació en Tarija, Bolivia en el hospital Obrero y como todo ser humano, su futuro está ligado al agua, por ende… qué se está haciendo en esta ciudad en cuanto al manejo de sus recursos hídricos.
Políticas
Agua, turismo y seguridad fueron las palabras más utilizadas en las últimas campañas electorales de las elecciones subnacionales del año 2015 en Tarija, estando estos temas en los planes de gobierno tanto de ganadores como de perdedores ¿Qué se hizo hasta ahora?
“Debemos dejar de lado las obras de cemento por proyectos estructurales”, refirió el alcalde Rodrigo Paz Pereira, al hacer referencia que las dirigencias vecinales deben dejar de pedir tinglados y solicitar alcantarillado, redes sanitarias o electrificación.
Paz en una entrevista realizada el año 2015 con Verdad con Tinta aseguró que la prioridad en su gestión sería el agua.
En base a esta afirmación, se hizo un seguimiento a los proyectos de agua que encaró la Alcaldía.
Como antecedente se tiene que hasta el 2016, la ciudad de Tarija estuvo sumida desde el área central hasta la periferia sin excepciones en problemas de racionamiento del servicio. ´
La diferencia entre una zona y otra, es que existían barrios en los que el servicio llegaba solo por una hora al día y otros que tenían el líquido por más tiempo.
“El Gobierno Municipal está trabajando con 20 proyectos de agua potable y alcantarillado sanitario en la ciudad de Tarija. Además que lo está haciendo por cuenta propia, sin contraparte de nadie más”, resalta el director de la Unidad de Agua y Saneamiento Básico de la Alcaldía, Omar Morales.
Aparte de los proyectos mencionados, existen otros en concurrencia con el Gobierno Nacional, la Gobernación y la Cooperativa de Servicios de Agua y Alcantarillado de Tarija (Cosaalt).
Unos 10 pozos fueron habilitados el año 2016 en un proyecto concurrente entre la Unidad de Proyectos Especiales (Upre) del Gobierno Nacional con la Alcaldía de Tarija.
Con esos 10 pozos, se benefició a 35 barrios, con una población estimada de 150 mil habitantes que fueron beneficiados.
Al mismo tiempo, la Alcaldía en conjunto con la Gobernación pretende encarar el proyecto de la planta de tratamiento de San Blas, para solucionar el problema de alcantarillado sanitario al margen derecho del río y para sanear el Guadalquivir, el principal afluente de la ciudad.
Los costos de todos los proyectos mencionados son millonarios. Los 10 pozos tuvieron un costo de Bs 18.935.567, la planta de tratamiento de San Blas, tendrá un costo aproximado de 14,8 millones de dólares.
A estos proyectos debe sumarse el de la mega planta de tratamiento de aguas residuales que el Gobierno Nacional se comprometió en realizar el estudio, aunque en esta obra específica hay una serie de desencuentros políticos.
“Se acabó la época de estiaje”, resalta el gerente de Cosaalt, Fernando Vidaurre Wayer, al destacar que están logrando el 90% de cobertura en la ciudad de Tarija, usando los pozos en la época baja y el agua del Rincón de la Victoria en la temporada de lluvias.
Más del 70% del agua que se consume en la época baja es proveniente de los pozos, mientras que el restante 30%, viene de la fuente natural del Rincón de la Victoria. En la temporada de lluvias el porcentaje es el mismo pero al revés.
“Años atrás, a estas alturas ya teníamos que hacer un cronograma de racionamientos, dotar del líquido elemento a determinadas horas a unos barrios y en otros momentos a otras zonas, la gente tenía que informarse sobre qué días no recibirían agua; eso sucedía en la mayoría de los sectores de la ciudad”, comparó el gerente.
La demanda de agua de la ciudad de Tarija es de 577 litros por segundo y Cosaalt oferta 525.
Con este resumen, podría decirse que el manejo del agua en los últimos cuatro años se amoldó al discurso electoral, logrando que la mayoría de la ciudadanía tenga acceso a uno de los servicios básicos más elementales.
Falta de estudios
El problema inmediato está resuelto, pero ¿qué pasará de acá a 20 o 30 años?
La principal fuente de agua de la ciudad de Tarija proviene del Rincón de la Victoria, la que es utilizada desde los años 40, cuyo entorno fue violado una y otra vez por la mano del hombre.
“Todavía no tomamos conciencia de que el agua viene de algún lado, pensamos que esta viene ni bien abrimos el grifo, cuando en realidad el inicio de ese tubo está en otro lugar que se llama la Cordillera de Sama, el Rincón de la Vitoria”, explica el ingeniero ambiental, Iván Arnold Tórrez, quien es director de la fundación Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa).
Para Arnold, las acciones de protección a la principal reserva de agua de Tarija son escasas. Recordó el incendio de magnitud histórica registrado en agosto del año pasado, que consumió más de 10600 hectáreas de bosque, cuyas secuelas no derivaron en grandes acciones desde las instituciones.
“Más allá de los encendidos discursos en los días del incendio, por parte de todas las autoridades, después no se ha hecho mucho más que dejar que la naturaleza vaya regenerando esto”, criticó.
Lo real es que el presupuesto para los trabajos de prevención como de regeneración de los bosques en la Reserva natural de Sama no es suficiente.
“La fábrica de agua”, es el nombre con el que fue bautizado el Rincón de la Vitoria, pero las acciones concretas para su protección son pocas desde el sector público, más allá de algún programa de reforestación, cuyo inicio cuenta con la foto oficial de la autoridad de turno.
En el caso del agua, se impone la necesidad de lo inmediato por encima de la planificación a futuro.
“La solución de esto cada vez será más compleja, pasa porque cuidemos no solo el buen manejo del agua, sino también la creación de nuevas fuentes, pero eso se hace con la recuperación de nuestros bosques”, analiza el presidente de la Fundación Rincón de la Victoria, Virginio Lema Trigo.
La fundación Rincón de la Vitoria fue creada precisamente posteriormente al incendio con la idea de crear un vivero de especies nativas en el corazón de la reserva de Sama para preservar la “fábrica de agua”.
Iniciativas privadas existen, pero no son suficientes, según afirman los propios expertos.
Otra de las soluciones inmediatas de las instituciones fue la perforación de pozos de agua que están dando resultado en la época de estiaje.
Sin embargo, no todos los acuíferos son similares. “En los 90, vos perforabas un pozo a 20 metros de profundidad y ya encontrabas agua, pero ahora deben hacerlo a más de 100 metros”, indica el ingeniero Jaime Villena Morales, quien es director del Departamento de Ingenierías y Ciencias Exactas de la Universidad Católica Boliviana (UCB).
Este ejemplo refleja que cada vez las fuentes naturales de agua están a mayor profundidad. Una de las razones es que posiblemente se esté extrayendo más agua de la que se tiene.
Villena ve con preocupación que no existen estudios ni planes a futuro sobre el manejo responsable del agua, lo que puede llevar a solucionar un problema inmediato, pero no integral.