(Verdadcontinta/abril- 2019) Como un vaso de agua frío, así de sencillo nos explica el ingeniero Jaime Villena Morales, sobre el significado de Tariquía para el medioambiente del valle central de Tarija.
La reserva natural de Tariquía se encuentra dentro de lo que es el bosque boliviano-tucumano, que inicia en la Argentina y culmina en Bolivia, en el departamento de Santa Cruz, en el parque Noel Kempff Mercado.
La ecoregión boliviano-tucumano es la zona con las mayores precipitaciones pluviales del departamento de Tarija. Es un bosque semi húmedo.
Jaime Villena, quien es director del Departamento de Ingenierías y Ciencias Exactas de la Universidad Católica Boliviana de Tarija (UCB), explicó a Verdad con Tinta de la importancia que tiene el bosque de Tariquía, sin entrar en el debate político que existe en la coyuntura mediática, sino desde una visión técnica.
La explicación de Villena se basa en dos ejes importantes: oxígeno y agua.
Al referirse al oxígeno que genera Tariquía, indica que debe tomarse en cuenta la dirección de los vientos que pasan por el país, mismos que vienen del océano Atlántico, desde el sureste hasta culminar con menor fuerza en las cordilleras.
En el valle central de Tarija, se tiene parte del bosque boliviano-tucumano en la reserva natural de Sama, en La Vitoria, en San Andrés entre otros sitios del valle central. Se trata de una vegetación húmeda que oxigena el medioambiente y da pie a la producción, pero especialmente a la vida.
Sin embargo, resulta curioso que pese a que nadie cosechó semillas de las plantas características del bosque boliviano tucumano, cuyo límite se encuentra en Tariquía, éstas estén presentes en la vegetación del valle central.
“¿Cómo se explica eso?”, pregunta el ingeniero a los periodistas sin esperar respuesta alguna. La intuición es que se debe a los vientos.
Los vientos trasladaron desde Tariquía las semillas y son, en parte, responsables de la vegetación que existe en esta zona y que oxigena el medioambiente.
Para Villena, quien muestra a los periodistas los mapamundis que enseñan la dirección de los vientos, esta podría ser una prueba tangible de la incidencia directa de Tariquía en el valle central de Tarija.
Entonces, el nombrar a Tariquía como el “pulmón de Tarija”, no estaría muy errado, siguiendo esta lógica.
El problema, según acota, es que no existe un solo estudio científico que evidencie o descarte aquello referente a Tariquía.
Una situación similar con estos vientos se generaría en los bosques del Chapare en el departamento de Cochabamba, cumpliendo también un rol fundamental en el medioambiente.
Pero, ¿qué importancia tiene esta oxigenación? Para empezar, uno de los elementos básicos de la vida es el aire; mientras más puro sea este, hay mayor calidad en la supervivencia.
Técnicamente, podría decirse que los árboles absorben dióxido de carbono de la atmósfera para producir oxígeno.
Con menos árboles, más dióxido de carbono y más calentamiento global, lo que genera variaciones climáticas que dan paso a los fenómenos naturales que pueden provocar desastres.
El 28% del oxígeno de la tierra es producido por sus bosques, un 70% por las algas marinas y un 2% por otros medios.
La cantidad de oxígeno producido por una hectárea de árboles en un año, es igual a la consumida por 44 personas en ese mismo periodo.
Un árbol grande puede producir oxígeno para que cuatro personas lo usen en un día.
Visto así, el valor de las 246.870 hectáreas de bosque de Tariquía es invaluable tanto para el departamento de Tarija, como para el país.
- Agua
Tariquía es considerado un bosque húmedo, generando importantes cantidades de agua, no solo por los ríos que pasan por esta reserva, sino por el sudor de los mismos árboles.
En este caso, los vientos también cumplen un rol fundamental.
Los vientos que vienen desde el suroeste por el Atlántico, son calientes, mismos que van disminuyendo en potencia por el efecto orográfico, hasta chocar con los cerros.
No todos los bosques son húmedos, cada uno tiene una función específica. El rol de Tariquía es mantener los microclimas en la región de los valles, según explicaron expertos ambientalistas.
En la última presentación realizada por Villena en un conversatorio sobre Tariquía, organizado por la Universidad Católica Boliviana, hizo el análisis de que este bosque podría ser instigador de la generación de agua.
El experto refiere que existen tres factores que le hacen llegar a esta conclusión: El efecto orográfico, la condensación y el efecto catalizador.
La geografía física se encarga del estudio, descripción y representación del relieve terrestre.
Para esta explicación volvemos a los vientos del suroeste. La lluvia orográfica es la producida por el ascenso del aire húmedo al encontrarse con un obstáculo, como una montaña que es el caso de Tariquía.
En su ascenso, el aire se enfría hasta alcanzar el punto de saturación del vapor de agua, y una humedad relativa del 100%, que origina la lluvia.
Otro factor, es que la lluvia es un fenómeno atmosférico que se inicia con la condensación del vapor de agua contenido en las nubes.
Su origen se debe a los cambios de presión o temperatura en la atmósfera y por la disponibilidad de agua en el medio, en este caso específico, se habla de un bosque húmedo, cuyos árboles botan agua por el sudor.
“Cuando llueve, los árboles absorben el agua y posteriormente la botan con su sudor, lo que mantiene la humedad en la zona”, explica.
Esa agua es lanzada por los mismos árboles al medioambiente.
Por último, está el efecto catalizador, pues al ser un bosque húmedo por las características anteriormente mencionadas, absorbe toda la humedad existente y la esparce a su entorno.
Para ser más prácticos, Jaime Villena, usa el ejemplo de un vaso de cristal con agua fría. “Cuando agarras el vaso, ves que todo a su alrededor está mojado, hay gotas que chorrean por el contorno, eso es Tariquía”, explica de una forma sencilla.
En síntesis, esta hipótesis indicaría que Tariquía sería como un pequeño vaso de cristal con agua fría, en medio de un día caluroso, que al momento de acercarse uno a él, este le trasmite esa frescura sin siquiera tomarlo. Ese efecto, es el que produciría con el valle central de Tarija, manteniéndolo con un clima agradable, especialmente habitable, aunque recalcó que todavía no existe un estudio científico que certifique aquello.
- La exploración y la tala de árboles en la reserva
Como se explicó anteriormente, los árboles de la reserva tienen un rol fundamental en la generación de oxígeno de calidad; por ende, la tala, significa menos oxígeno o en su defecto, menor calidad en el aire.
Si bien el Gobierno Nacional aseguró de manera oficial que las hectáreas afectadas en el proyecto gasífero no superan el 0,014 del total de la reserva, el ingeniero Marcelo Moscoso, especialista en medioambiente, calcula que la superficie afectada será superior.
“Hay que habilitar una planchada para la exploración, que es un terreno más o menos de dos hectáreas que hay que dejar pelado para hacer la exploración. Además, hay que hacer cientos de sendas exploratorias hacia diferentes zonas, lo que implica que se van a talar árboles”, explica sobre el tema.
Según Moscoso, las brechas o sendas de exploración que se abren en este tipo de proyectos tienen entre 1,5 y 2 metros de ancho, y pueden tener más de 30 kilómetros de largo, dependiendo de la distancia entre las planchadas.
Al margen, una vez que se identifica cuál será el pozo que se explotará de manera comercial, se deben abrir caminos para el acceso vehicular e instalar los ductos, lo que implica la tala de más hectáreas de bosque.
Marcelo segura que estos caminos y sendas, más allá de la explotación petrolera, a futuro serán una vía de acceso para que el animal más depredador tenga acceso a la reserva: el hombre.
“Estás dejando cientos de kilómetros abiertos para que el hombre empiece a depredar; al tráfico de fauna, la caza furtiva, la explotación forestal sin permiso”, concluyó.