Sucre dio inicio el 14 de julio a la feria de Alasita, una
festividad arraigada en el imaginario capitalino, reforzado por miniaturas en
yeso, la ch’alla andina y la ilusión de que esas pequeñas artesanías, pronto se
traduzcan en sueños materializados. Comprar miniaturas para que se hagan
realidad, es el espíritu de Alasita.
La ch’alla es un ritual andino para pedir protección a la
“Pachamama” o Madre Tierra.
Más de 1000 artesanos participan de la feria.
Alasita es una palabra que viene del aimara y significa
«cómprame». A lo largo de la feria, títulos profesionales, casas y
autos hechos de yeso y abundantes fajos de dinero en miniatura, esperan ser
comprados e incluidos en la ch’alla, para que el siguiente año, aquel sueño se
haga realidad para los compradores.
“Es una esperanza de futuro, son nuestros sueños en
miniatura”, asegura Fátima, una de las artesanas que participa en la feria.
Para esta oportunidad, los artesanos se apostaron en la zona
de La Rotonda de la Virgen del Carmen.
La festividad de Alasita ´como tal surge en la ciudad de La
Paz en la época colonial y con el pasar de los años se fue expandiendo por el
país, Además de La Paz, las ferias más representativas de Alasitas son realizadas
en Cochabamba, Santa Cruz y Sucre. E