Carlos Mesa, candidato a la presidencia por Comunidad Ciudadana (CC), dejó boquiabiertos a los bolivianos al elegir a mujeres como candidatas a primeras senadoras para los nueve departamentos de Bolivia.
Este caso inédito ha sentado un importante precedente al situar en altos cargos del poder legislativo a mujeres altamente capacitadas para la toma de decisiones.
Su misión -entre otras- será aplicar desde el Estado políticas públicas para empoderar a las mujeres, revertir y reparar las desventajas que tienen y situarlas en el lugar que les corresponde.
Según la ONU – Mujeres, en Bolivia los hombres ganan un 47% más que las mujeres por hacer el mismo trabajo aunque tengan la misma formación.
Dos trabajos del Journal of Public Economics sobre experiencias en India y Brasil, hallan que el género afecta de forma positiva en las políticas públicas en pro de las mujeres vulnerables así como en pos de la democracia y los derechos humanos. Apuestan pormayor inversión en salud y educación, a una mayor transparencia en gestión, en campañas, y a no reelegirse.
En los últimos años, las mujeres bolivianas han ganado espacios en el Congreso. Onu – Mujeres y UIP (2017) señalan que la presencia femenina en la Cámara de Diputados es de 53.1% y de 47.2% en Senadores. No así en el ejecutivo. Actualmente su presencia como ministras apenas alcanza al 20%.
Las mujeres de la sociedad civil boliviana han empezado a hacer escuchar su voz al organizar varias plataformas políticas encabezadas por ellas. Han adquirido gran protagonismo a raíz del Referéndum Constitucional que se convocó en Bolivia el 21 de febrero del 2016 en el que gano el “No” a la re postulación de Evo Morales a la presidencia. Él, sin embargo, está postulando a pesar de que es ilegal y viola la Carta Magna redactada por su propio partido.
El ejemplo más destacable entre las plataformas ciudadanas es Kuña Mbarete (que en idioma guaraní significa mujer fuerte). Es un colectivo femenino cruceño nacido en las redes sociales que se ha convertido en un movimiento nacional que alcanza a 300.000 activistas.
Su actuación estelar fue cuando el gobierno actual propuso un proyecto de ley draconiano contra los médicos.
Planteaba en el Código Penal la privación de libertad, la inhabilitación y la reparación económica si los médicos incurrían en mala praxis.
Los médicos entraron en una huelga que duró 47 días apoyados principalmente por Kuña Mbarete que salían a diario a las calles a protestar junto a los profesionales de salud y otros sectores. Su influencia fue tan grande que lograron el cambio.
Morales derogó el artículo y elaboró una ley general de salud e implementó un instituto de arbitraje ante conflictos. Fue una gran conquista de la sociedad civil.
Luego el gobierno inauguró la implementación del Sistema Único de Salud (SUS) que ofrece asistencia médica gratuita a más de 50% de la población sin recursos ni seguros.
Las mujeres también han alcanzado notable relevancia al protestar contra la construcción de una carretera que partiría por la mitad el Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), una reserva ecológica rica en biodiversidad y área indígena.
Con estoicismo, las mujeres de la zona encabezaron la octava y novena marchas en defensa de su territorio.
A raíz de que Bolivia cuenta con una tasa muy alta de violencia contra la mujer, el gobierno promulgó la ley N 348 que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia la que incorpora la figura penal de “feminicidio”.
También aprobó la ley N 243 contra el acoso y la violencia política hacia las mujeres ya que hubo centenas de denuncias de autoridades femeninas por violencia mientras ejercían sus cargos. Ambas leyes fueron aprobadas gracias al voto femenino en el Congreso.
El gobierno otorga el bono Juana Azurduy que es un incentivo económico para mujeres en proceso de gestación para que asistan a sus controles prenatales, a un parto seguro y al control post parto.
El nombrar a mujeres en cargos de poder de decisión es un gran acierto.