Una de las mejores maneras de iniciar un domingo es con un buen desayuno, algo que Mary Martínez, lo sabe muy bien, por eso prepara un sándwich de panini de jamón con pollo light, “quesito de Caiza” y un toque de albahaca que le da un aroma único.
La joven emprendedora, al momento de hacerse un campo en la mañana para recibir en su panadería al equipo de Verdad con Tinta, calienta un buen café que endulza con stevia y prepara unos coloridos macarrones franceses o “macarrons”.
El panini es una variedad de sándwich de origen italiano, cuya tendencia está creciente en todo el mundo y su sabor está a la altura de los mejores paladares ¡Molto rico!
Lo cierto es que esta mezcla de una receta internacional con productos locales y especialmente saludables, le da energía a la jornada.
Mary Isabel Martínez Quiroga, es una joven emprendedora, cuyo negocio empezó a caminar en el momento menos esperado de su vida.
La profesional en ingeniería industrial tenía hace tres años en su mente, ejercer su carrera en alguna industria alimenticia, incluso llegó a trabajar en una planta, en ese entonces estaba lejos de la promoción de los productos sin químicos ni edulcorantes.
También probó en la creación de una empresa de seguridad industrial, hasta que llegó un cambio radical.
Ese click se dio cuando se embarazó, ahí cambió todo. Mary tuvo a su bebé y de ahí debió dejar su trabajo para afrontar los primeros meses de la carrera más difícil del planeta: La maternidad.
La maternidad dicen que es hermosa, pero tiene momentos difíciles. En plena etapa de la depresión post parto es que surge la iniciativa de ingresar en el negocio del pan. “Mi madre me empuja a tomar un curso de repostería y ahí encontré a mis manos”.
Surge la idea de una panadería, pero todavía no estaba del todo animada. El empujón final se lo dio su esposo, que apoyó la iniciativa.

El negocio empezó en un pequeño espacio alquilado en el centro de la ciudad, en ese entonces, solo era inversión. “Costó mucho, tenía que atender cuidando a mi hija”.
Hubo noches de lágrimas, pero ante todo hubo mucha fe. En todo ese periodo, Mary fue capacitándose en el mundo de la gastronomía, haciendo la carrera técnica, además de tomar la mayor cantidad de cursos en repostería.
Es en todo este proceso, que encuentra las cualidades de la comida saludable.
Como buena cristiana, ella siempre tuvo sus ojos fijos en Dios y es ahí que encontró no solo el nombre, sino también el fin. “Jesús nos dio el pan de la vida, entonces no es lógico que este producto nos enferme”, reflexionó.
Para ella, el pan debe mantener ese significado religioso de vida, sumergiéndose en el mundo de la gastronomía saludable.
“Producimos panes y masas integrales”, coincidiendo con el concepto de vida saludable.
De pronto, llegaron los primeros 50 bolivianos de ganancia. “Con mi madre lloramos de emoción cuando hicimos las cuentas”.
El negocio empezaba a tomar vida. Se trasladaron a un lugar más amplio, compraron más insumos y siguieron los cursos de capacitación.
Mary vio feliz como esa pequeña mesa antigua de madera era cambiada por un gran mesón que a la larga se convertiría en su espacio de creación.
“Pude crear mi propia mantequilla, una más saludable”, y así fueron apareciendo nuevos productos con carácter propio de la surgente empresa, con un nombre cabal a su origen: Señor Pan.
Con la experiencia que tuvo en su embarazo por la fuerte acidez como los estreñimientos, su público meta era de las mujeres en periodo de gestación, con el fin de darles productos integrales como el pan con semilla que no les genere ese malestar.
Sin embargo, con el pasar del tiempo, no solo aparecieron mujeres embarazadas, sino también adultos mayores, diabéticos y veganos. “Hay una diversidad de carencias nutricionales”, cuenta mientras mueve cuidadosamente el cuchillo para preparar otro sándwich.

Incluso, los médicos cada vez son más específicos en las dietas.
Queques con harina integral, rollitos de canela o trenzas con pasas de uva, aparecen en el glosario de ofertas de esta pequeña y cálida panadería. “Ofrecemos el pancito integral en las líneas con linaza, con sésamo o con avena”, describe.
Esta ingeniera industrial dejó atrás los edulcorantes, los químicos y el mundo de lo industrial por el de los alimentos saludables, aprovechando los conocimientos de su carrera para invertirlos en mejorar la calidad en la salud de las personas. “Busqué la manera de conjugarlo todo”.
“Si queremos estar plenos para nuestros hijos, debemos estar saludables y el camino es con una alimentación integral”, dice.
Así, Mary fue cubriendo espacios antes ignorados por la sociedad, esperando ampliar su gama de productos integrales en el campo de la repostería, especializándose en gestión de seguridad alimentaria para obtener la certificación internacional de calidad ISO.
Señor Pan, empezó a llenar de vida a cientos de clientes que llegan a esta cálida panadería ubicada en la calle 15 de Abril, cubierta de verde, acorde al mensaje que propala.
Sus principales clientes la esperan afuera, su marido y su pequeña hija están en la puerta. Es entonces que la charla se termina de amasar con el desayuno.