Bajo el nombre de Nómada Urbana, la joven Ana Gloria Gutiérrez, busca proyectar una nueva faceta de la urbe cruceña a través de acciones urbanísticas de bajo presupuesto y alto impacto, cuyo fin es mejorar la experiencia de vivir en la ciudad para los habitantes.
Con la tecnología, la fabricación digital, el urbanismo táctico y el placemaking como sus mejores aliados, esta mujer cruceña poco a poco va generando conciencia sobre la importancia de regenerar y transformar los espacios públicos en pro del ciudadano, pero sobretodo, del peatón.
Placemaking es un enfoque multifacético para la planificación, diseño y gestión de los espacios públicos.
“Nómada nació hace aproximadamente un año”, cuenta Ana aún sorprendida por la buena respuesta de la gente ante su propuesta, en tan poco tiempo.
Por aquel entonces, Ana se encontraba en España cursando los últimos meses de su maestría y decidió realizar el Camino de Santiago, una peregrinación que se realiza desde diferentes puntos del país hacia la tumba de Santiago el Mayor, situada en la Catedral de Santiago de Compostela.
“A mí me encanta caminar, pero pasar de los paisajes tranquilos hacia el movimiento de las ciudades, me generaba mucho estrés”, agrega explicando que en la ruta del norte, hay muchos tramos en medio de la naturaleza, pero inevitablemente hay que pasar por ciertas ciudades.
Esto la llevó a pensar en crear su propio proyecto relacionado al urbanismo, para brindar una experiencia más placentera en las ciudades, pero no necesariamente ligado a la gestión pública, sino enfocado a talleres de educación alternativa y promoviendo acciones de urbanismo táctico en su Santa Cruz natal.
Sin embargo, al llegar a Bolivia chocó con dos grandes barreras iniciales: no solo que a nadie le interesaba el tema urbanístico, sino que sentía que no era tomada en serio por el simple hecho de ser mujer.
“En las reuniones suelo ser la única mujer y además, piensan que tengo 25 años y que no soy ni profesional”, cuenta al respecto la joven arquitecta de 34 años, que además de cargar en su mochila una amplia experiencia laboral, ostenta dos maestrías en su currículum.
Dada la falta de interés de las instituciones más representativas de la ciudad, Ana decidió acudir a la Casa Melchor Pinto, quienes tras leer su propuesta, le brindaron un espacio para que pudiera dar su primer taller. Para su sorpresa, no solo que el cupo que tenían previsto se llenó, sino que fue del doble de lo que habían considerado.
El taller proponía dar ciertas nociones sobre urbanismo, pero sobretodo planteaba el caminar la ciudad para conocerla y luego apropiarse de ella a través de pequeñas acciones tácticas.
“Hicimos algunas intervenciones en el centro y fueron muy bien aceptadas”, cuenta sobre aquella primera experiencia.
Pronto el éxito del taller empezó a correr como pólvora en medio de la jungla de concreto, dando a Ana aquel puntapié que necesitaba para empezar a hacer funcionar su proyecto.
Luego vinieron talleres de arquitectura con niños, trabajos con instituciones, centros culturales y universidades, posicionando a Nómada Urbana no solo como un “exitoso proyecto”, sino como una movida que promueve el arte y la cultura como herramientas para pintar una nueva cara de la urbe cruceña.
“Me gusta que ahora la gente valora que soy mujer, joven y que hago esto”, resalta Ana, quien luego de meses de trabajo y dedicación, logró hacer escuchar su voz en medio del ruido de la agitada jungla urbana del oriente.
Además, en parte de sus talleres hace especial hincapié en la importancia del urbanismo con perspectiva de género, pues asegura que las mujeres, especialmente si son madres, viven la ciudad de una forma muy diferente, porque su desplazamiento a través se acomoda a la agenda de sus hijos y a sus necesidades.
Ana espera que a largo plazo, nómada pueda replicarse en otras ciudades del país como un modelo de planificación alternativa, acción inmediata y participación ciudadana, bajo el concepto de iniciativas urbanas de innovación social.
Un poco de pintura, reciclaje y mucha creatividad, puede ser la mezcla precisa para que los ciudadanos vuelvan a las calles y disfruten de la ciudad.
Felicito a Ana, pero la nota no es real. En realidad sí hubo y hay interés en el tema de urbanismo. Es más, hay ejemplos de urbanismo táctico antes de que ella volviera a Santa Cruz de la Sierra. Si no pregunten a CEDURE o Laboratorio Urbano Santa Cruz.
En este tema hay que ser justos.
Saludos.