Sentada en el balcón de un pequeño café ubicado en el parque Bolívar, uno de los lugares más icónicos de la capital chuquisaqueña, Rosario Barahona se dispone a hablar sobre su mundo alrededor de las letras…y algo más.
Utilizando el concepto inmaculado del ser como una justificación científica, Rosario confiesa que ella estaba destinada a ser escritora y a que las letras invadieran su vida por completo. “Lo que tú eres, lo vas a ser, pase lo que pase”, dice convencida.
Rosario se estrenó como escritora a sus 10 años frente a un exigente público familiar y probablemente, ante la mirada crítica de una audiencia conformada por muñecos y peluches que escuchaban sus relatos con fascinación y admiración por partes iguales. Pocos años había pasado desde que aprendiera a escribir en la escuela, pero ella ya ejercía el oficio redactando fantasiosas ficciones al más puro estilo de Alicia en el País de las Maravillas, libro que, según confiesa, “le encanta hasta ahora”.
“Nuestra biblioteca era modesta, pero lo que sí, mi papá siempre leyó mucho”, continúa mientras desnuda pequeños detalles que hacían a su ambiente familiar por aquellos años. “Creo que ese ejemplo yo me lo copié”, acota.
Si bien los padres de Rosario no eran escritores, en su casa siempre se respiró un aire con un dejo intelectual, pues su padre es médico especialista en terapia intensiva y su madre es maestra de música, profesiones que los impulsaron a leer y tener una formación continua.
“Ahí empecé a imaginar cosas en mi cabeza, cosas que quería poner por escrito”, cuenta sobre su infancia.
La Eneida, la epopeya latina escrita por Virgilio (70 a. C- 19 a. C+) en el siglo I a.C, fue el primer libro que leyó con tan solo 10 años; luego de que un paciente se lo hubiese regalado a su padre en señal de agradecimiento y este, a su vez, se lo hubiese regalado a ella.
“Lo conservo hasta ahora, es una edición española de lujo en tapa dura”, dice mientras el aire de la tarde se arremolina desordenando su larga melena negra. “A partir de ese momento, nunca paré”.
Si bien en su tierna infancia su inspiración prevenía de la fantasía, con los años, Rosario mostró una fuerte inclinación hacia la historia, lo que luego se convertiría no solo en una de sus profesiones, sino en su más fiel fuente de inspiración para dar curso a las novelas que la posicionarían como una de las escritoras más reconocidas a nivel nacional.
La lectura, la cotidianidad y su propio estado de ánimo, serían factores complementarios a esa inspiración que Rosario encontraba – y encuentra- en la historia.
De hecho, fue cursando la Carrera de Historia cuando llegó a sus manos el material que posteriormente daría curso a su libro ganador del Premio Nacional de la Novela, “Y en el fondo tu ausencia”.
Según cuenta, el profesor William Lofstrom había escrito en papeles nombres de diferentes personajes sobre los que posteriormente tendrían que hacer una investigación histórica en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, y los repartió por el aula envueltos cual suerte sin blanca.
“El mío decía presbítero Joseph Antonio de Suero”, dice respecto al personaje que la había encontrado a ella por puro azar, o por puro destino.
Rosario se dedicó a investigar aquel personaje aparentemente soso, pero conforme fue avanzando en su trabajo, fue descubriendo una serie de aspectos que fueron llamando su atención. Sin duda alguna, uno de ellos fue una serie de muertes que giraban entorno a su figura, y que posteriormente inspirarían su libro.
“Cuando muere el padre Suero, deja como albacea a uno de sus mejores amigos, Joseph de Rivera; pero al poco tiempo, él también muere. Rivera, antes de morir, deja como albacea al rector de la universidad, quien en aquel entonces era Manuel de Gil, pero al poco tiempo, él también muere”.
Rosario cuenta que al poco tiempo de la muerte de Gil, aparecen registros de escrituras públicas de su hija, Juana de Dios de Gil, vendiendo las cosas de su padre y de todos los que le antecedían en la cadena de muertes. Como quien quería deshacerse de una maldición, vendía casas, tierras y hasta esclavos.
“Y en el fondo tu ausencia”, hace foco en la figura de esta mujer y en una serie de tragedias que marcan su vida, en medio de una fuerte epidemia de erisipela.
Pese a que aquella fue la obra que posiblemente le dio mayor visibilidad a la escritora, Rosario cuenta que su “niña mimada” es un cuento que publicó el año pasado, el cual titula “Condenado de la tierra”.
“Se trata de una publicación de 22 escritores, 11 bolivianos y 11 paraguayos. Como en el fútbol”, agrega.
¿Algún hobbie?, repite ante la pregunta, como quien gana tiempo para hacer una introspección. “Creo que soy aburrida, una nerd”, dice entre risas, pero luego hace una pausa. “Colecciono collares. Tengo una infinidad de collares que cuelgan de un mueble que era de mis padres y que tiene forma de árbol. De cada rama, cuelgan varios collares míos, de todos los lugares del mundo, la mayoría son vistosos, de vibrantes colores”.
De forma burlona cuenta que pese a la numerosa colección que posee, hay días que no encuentra la pieza adecuada para combinar su atuendo, algo que provoca risas en sus hijos.
Rosario, haciendo honor a su signo astral –Virgo-, es perfeccionista y apasionada. Los llamativos colores que utiliza muestran solo una minúscula fracción de su pasión, que aquella tarde se dibujaba en el rojo rubí de sus labios, haciendo juego con el intenso rojo de su pantalón y por supuesto, encontrando el tenue equilibrio en el infalible collar que corona cada uno de sus atuendos.
Ese perfeccionismo propio de Virgo, es el que la mantiene desde hace ocho años trabajando en la novela histórica que busca publicar en 2020. “Este año, por falta de tiempo, dejé mi novela de lado. Estaba cansada de reescribir, de corregir. Estaba cansada de mí misma, de ser tan maniática con mis propias palabras”.
Fue en un viaje a México que realizó hace poco por motivos laborales, donde encontró la inspiración y fuerza que había perdido a principios de año, en la privilegiada postal que se rendía a sus pies desde la ventana de su hotel.
“El Zócalo maravilloso, la Catedral, bañados de sol que refulgía sobre la piedra, la ciudad inmensa, ante mis ojos”, describe en sus propias palabras.
“Entonces, escuché unas voces. Eran las voces de los personajes de mi novela abandonada. La retomé entonces, acaso sea supersticiosa. No se pueden dejar de lado esas señales que te persiguen”, dice.
Para Rosario, ser mujer y ser escritora es un doble desafío, pues aunque las mujeres sean escritoras a tiempo completo, no pueden desprenderse de su oficio de madre, de la responsabilidad de las cosas de la casa y de los pequeños quehaceres cotidianos, cosas de las que un hombre escritor no debe ocuparse.
Pero a su vez, resalta que es necesaria mayor competitividad en las mujeres del rubro. Competitividad en lo intelectual, intentando trabajar con más énfasis y calidad, pero en sororidad. “¿Por qué la competitividad entre mujeres tiene que darse solo en las pasarelas?, cuestiona.
La amante de Tarantino, seguidora de Takeshi Kitano e incansable espectadora de Kill Bill y El Paciente Inglés, asegura que los nóveles escritores, al margen de la lectura, pueden encontrar en el séptimo arte un gran aliado. Sin embargo, cree que es un tanto soberbio pensar que se puede enseñar a escribir literatura, aunque no descarta que sea beneficioso el que puedan recibir un acompañamiento.
“En suma, lo que hace a un buen escritor, siempre lo digo, es el trabajo. No es exactamente un don el escribir: es memoria, es observación de la otredad, es sensibilidad, y un 99% de trabajo autodisciplinado. No me preguntes por el talento- palabra tan manoseada-, no creo en el talento”, concluye finalmente.
Exelente el comentario q hace la Srta Mercedes Bluske acerca de la escritora Rosario Barahona de quien ya tuve la oportunidad de leer sus tabajos, que tienen un elevado lenguaje una versatilidad para manejar los conceptos y descripcionrs de lis temas q trata… felicitaciones a las escritoras..la Srta Bluske con raices Chuquisaqueñas y vivencias de la bella tierra tarijeña hace resumenes historicos muy precisos de lo que ka historia de este Pais escribio hace unos años con dolor sandre y perdidas humanas.. felicitaciones a Uds.