“Con broche de oro”, parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS) culminaron su gestión modificando el Reglamento tanto de la Cámara de Diputados como de Senadores, eliminado así los 2/3 en la votación para la toma de determinadas decisiones. El argumento es allanar el camino al futuro presidente, Luis Arce, indicando que con ello se generaría mayor gobernabilidad, obviamente, aunque ello implique no respetar la representación de casi la mitad del país.
Al parecer, el gobierno del MAS tiene una concepción de que la gobernabilidad implica eliminar o anular al que piensa distinto, a quien tiene una visión diferente en la construcción de este país, cuando en realidad la gobernabilidad implica la construcción de escenarios para resolver de manera pacífica conflictos diversos. Qué mejor escenario que el de un ente deliberativo con la mayor representatividad, como es la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Vale decir, con la eliminación de los 2/3 se construye una democracia hecha a medida de un partido de gobierno, como si se tratase de un saco sucio, mal hecho, con una costura precaria, para que el gobernante de turno pueda usarla casi como un disfraz y salir a gobernar.
Contrariamente, en una democracia madura, los 2/3 necesariamente implican el reconocimiento a la minoría, a lo diverso, al tan proclamado “pluri”, “multi”, a la exigencia por consensos. Toda esta situación pareciera ser un “deja vú”. El año 2006, en pleno proceso constituyente, muchos bolivianos se movilizaron e ingresaron a huelgas de hambres exigiendo el respeto de los 2/3 como mecanismo para la aprobación de la Constitución Política del Estado, pedido que desembocó en cabildos en algunas regiones del país, que exigían el respeto a la democracia y a las autonomía. Claro que posteriormente se intentaría aprobar el texto constitucional en un cuartel militar, pero esa es otra triste historia….
Es cierto que muchos esperamos mejores días para nuestro país, anhelamos poder reinventarnos como parte de una resiliencia colectiva, pero también es cierto que como muestra, basta un botón, que en este caso han sido 14 años de un gobierno con tintes marcados hacia el autoritarismo.
Entonces, no sólo deberán elevar discursos perfumados sobre la democracia, sino que deberán acompañar la vocación democrática en cada uno de sus actos. Son muchos los motivos para desconfiar, claro ejemplo es la eliminación de los 2/3, y es que hay quienes al parecer no aprendieron nada de este último año; no han realizado ninguna lectura más que la de tomar el poder como política partidaria.
Y ojo que la democracia también se la construye desde la sociedad y eso jamás podrá ser arrebatado, porque la libertad es una esfera tan íntima que ni el peor de los gobiernos podrá callar.