Aquello que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pronosticaba y alertaba con anterioridad, se va haciendo hoy realidad, pues las disminuciones de las actividades económicas comienzan a pasar factura a los gobiernos nacionales, sumando cientos de familias que están reduciendo sus ingresos a consecuencia del desempleo.
Antes del confinamiento por la pandemia mundial, parte de la economía familiar de Angélica dependía de las ganancias que ella lograba por la venta de libros y revistas de edición reducida que comercializaba por las plazas de la ciudad.
“Muchos saben de nuestro trabajo, pero poco conoce de lo difícil y cansador que era, pero al menos se tenía”, cuenta Angélica.
Al ser un trabajo que implica contacto físico, resultó dificultoso que Angélica y sus compañeras puedan reanudar sus actividades laborales por el miedo al virus, pero una vez flexibilizada la cuarentena, la necesidad pudo más que el miedo, así que los primeros días intentaron volver al oficio, pero sus potenciales clientes “con justa razón” se mostraron reacios a ellos.
“Simplemente nos decían que no nos acerquemos, así no se podía vender nada”, cuenta la comerciante a Verdad con Tinta.
Viendo ese panorama nada alentador, no había caso de seguir, Angélica dejó de insistir en la venta de libros, para posteriormente peregrinar por un nuevo empleo que le genere alguna ganancia.
En Bolivia, de acuerdo a la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística (INE) la tasa de desocupación urbana a noviembre llegó a 8,6 por ciento, teniendo una leve variación con octubre cuando la cifra llegaba a 8,7 por ciento.
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Pero detrás de estas cifras, se distinguen como las más afectadas las mujeres, con una tasa de desocupación del 10,2 por ciento, frente a una tasa masculina de 7,2.
“Desde julio la desocupación en mujeres permanece en niveles considerablemente elevados, mientras que la de hombres disminuyó de manera gradual, sin alcanzar aún niveles previos a la pandemia”, señala el informe del INE.
Buscando trabajo
La flexibilización de las restricciones sanitarias establecidas por la pandemia de la COVID-19, se asocia con el funcionamiento y retorno de algunas actividades económicas y, también, la inserción al mercado laboral de la población inactiva.
A noviembre de 2020, de acuerdo al informe del INE, se observa que la población económicamente activa (PEA) en el área urbana alcanzó a cuatro millones de personas, mostrando un incremento del 8,5% en relación a noviembre de 2019.
Este resultado se explica por incremento de personas ocupadas y desocupadas, que a noviembre alcanzó a 3 739 000 y 351 mil personas respectivamente.
La población desocupada cayó en 69 mil personas con relación al punto más álgido de la crisis sanitaria en julio de 2020.
Una vez que tomó la decisión de buscar un nuevo empleo que le genere ingresos, Angélica ha ido tocando puertas de las familias pudientes, buscando ofrecer su servicio de lavandera de ropa, pero las secuelas del virus siguen ahí, todavía existe el miedo.
“No dejan entrar a sus casas, tienen miedo. Hay dos lugares donde me dejan lavar, pero es cada dos semanas”.
Por sus servicios, Angélica logra generar semanalmente entre Bs 105 a 135, dependiendo de la cantidad de ropa que lave.
No siendo suficientes los ingresos que percibe, Angélica ayuda los fines de semana a su tía en la venta de comida, siendo su remuneración de Bs 40 diarios más el almuerzo sobrante para su familia.
“No es mucho lo que gano, pero ayuda para la comida”, dice la joven de 30 años, quien junto a su hermano de 26 sustenta a su madre de 54 y a sus dos hermanos de 16 y 14.
Aspirando a obtener una fuente de trabajo formal, la joven ha puesto sus esperanzas en un candidato político, sumándose a un grupo de jóvenes para realizar campaña electoral.
OIT
Según el informe anual del panorama laboral 2020 de América Latina y el Caribe, que elevó el pasado 17 de diciembre la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se registró un fuerte aumento en la tasa de desocupación que subiría hasta 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1% a 10,6%.
Según estas cifras, el número de personas que buscan empleo aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones en la región.
El informe agrega que para el 2021 la tasa de desocupación puede volver a subir hasta 11,2%, al considerar que influirán también factores como un crecimiento económico moderado en torno a 3,5%, insuficiente para recuperar el terreno perdido en la crisis.