Que nos vacunen no significa que volvamos a la normalidad porque están surgiendo nuevas variantes de la COVID -19. Aparecieron la sudafricana, la inglesa, la brasilera y ahora la de India. Y es probable que surjan otras cepas.
Chile, por ejemplo, que ha sido el líder en Sudamérica en vacunación, ha vuelto a tomar medidas restrictivas contra la pandemia.
Mientras un país no vacune al 70% de su población, la gente se seguirá contagiando.
Los gobiernos han relajado las restricciones por vacaciones, para reactivar la economía y por la presión de grupos de habitantes. Esto ha llevado a que lleguen la segunda y tercera ola y se vuelva a los confinamientos. Esto significa que deberemos seguir protegiéndonos usando el barbijo, manteniendo la distancia social, lavándonos las manos y encerrados en nuestras casas. Y, probablemente, no volvamos a la normalidad durante mucho tiempo.
Hemos sido víctimas de una pandemia mundial inédita y nuestras vidas han cambiado y cambiarán. Ha echado a millones a la calle, hemos quedado sin ingresos, y nos hemos visto obligados a reinventarnos y a realizar emprendimientos con imaginación, buena voluntad y esfuerzo.
Nuestras casas se han convertido en oficinas y sitios de estudio. Por eso utilizamos hasta el último rincón y mejor si tenemos un jardín.
Según Bill Gates, “más del 30% de los días en la oficina desaparecerán”. Ojalá que el porcentaje sea menor. La tecnología digital ha jugado un papel fundamental. Ésta ya estaba disponible, ya que mucha gente ya trabajaba desde su casa, pero la pandemia aceleró su utilización y se ha convertido en un instrumento esencial en nuestras vidas. Hoy en día, muchas actividades se hacen online. Trabajar y adquirir productos por la vía telemática es un camino sin retorno, y el que no aprende a utilizarla, perece.
El cliente se siente con menos riesgo de adquirir el virus si le traen los productos a su casa. No es que los supermercados y tiendas vayan a desaparecer, sino que por ahora tienen menos concurrencia. Aunque, por desgracia, algunos negocios y empresas han quebrado.
Lo mismo ocurrirá con los restaurantes. Por ahora la poca gente que va a ellos come en un lugar al aire libre por su seguridad. Dichos sitios se han reinventado y ahora hacen delivery de sus productos. Eventualmente, sin embargo, retornarán a la normalidad.
Sobre el tema del trasporte aéreo, la mitad de los ingresos de la líneas aéreas eran de personas que realizaban viajes de negocios. Al respecto, Bill Gates dice que “más del 50 % de estos viajes desaparecerán”. Las reuniones se viabilizarán por via zoom, webinars y otros medios virtuales.
Por ahora muchas oficinas siguen cerradas o trabajan a media fuerza, pero pronto se abrirán y retomarán a sus antiguos empleados y probablemente hagan un trabajo mixto, ya que el confinamiento no ayuda a la condición humana.
Hemos observado que se pueden tomar clases a través de la pantalla. A pesar de que la educación a través de ella ya existía, las universidades, colegios y centros de estudio ofrecen cursos con éxito. La oferta es muy amplia y la demanda es aún mayor, ya que la pandemia es el momento ideal para capacitarse y mantenerse ocupado.
Lo más seguro es que cuando pase la pandemia -que es difícil prever cuándo será- volvamos a las relaciones familiares y a las amistades.
Hemos podido comprobar y sentir durante más de un año de asfixiante encierro, la importancia del contacto humano, de las relaciones sociales y de nuestra necesidad de la comunidad.