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Publicada bajo el sello de la Editorial Mantis, Vladimir C. el vigilante del campo de mostaza es la primera novela de la escritora paceña Iris Kiya, cuya obra, hasta ahora, abarcaba poesía y cuento. El libro firmado con el nombre de Milton Stenier —heterónimo de la autora— fue presentado el miércoles 7 de junio en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz.
El camino que ligó a la escritora de 29 años con las letras se remonta a cuando, junto a un grupo de amigos, empezaron un proyecto literario llamado Género Aburrido. En él realizaban lecturas y asistían a ferias. Posteriormente, publicaría poemarios y un libro de cuentos.
En 2019, gracias a unos fragmentos de Vladimir C. el vigilante del campo de mostaza, obra que todavía no había terminado, ganó una residencia para escritoras convocada por la Editorial Mantis. Es así que la novela se hizo una realidad tangible.
«No creo en la inspiración. Creo en la investigación».
Iris Kiya no publica con su nombre. No le gusta por razones tan íntimas que no las puede explicar con palabras. En su lugar, tiene cuatro heterónimos posibles para firmar, estos son: Vladimir Cafard, Milton Stenier, Sebas Melmoth y M. Monzón. El sentimiento que describe es como si no disfrutara de invadir la obra con su nombre, sino que prefiere darle más voz al personaje. Particularmente, Vladimir C. el vigilante del campo de mostaza es un conjunto de misivas entre Vladimir Cafard y Milton Steiner, el compilador.
Si bien la Editorial Mantis destaca por publicar solo a escritoras e Iris Kiya firma con un nombre masculino, eso no le ha significado inconvenientes en este caso. Aunque sí destaca situaciones y malentendidos con otras editoriales que buscaban que firme con su nombre real. También ha autopublicado algunos de sus libros.
Otras de las características que la hacen la escritora que es, es que Iris Kiya no cree en la inspiración, sino en la investigación. La cual combina con caminatas que describe como un trance.
Sobre la presentación del libro, explica que fue su primera participación en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, donde no esperaba que las presentadoras se “sumergieran tanto en la historia”.
Vladimir C. el vigilante del campo de mostaza puede adquirirse en Tarija en la librería Rosch’s Books.
Una anécdota
Entre las curiosidades que rescata de su obra, está que Milton Steiner escribe desde el país ficticio de “Solibla”. El nombre nace en su infancia cuando su mamá le regala un estuche con el mapamundi. En él estaba mal escrito el nombre de Bolivia, reemplazado por “Solibla”. Esa memoria se manifestó en su mente cuando arreglaba su cuarto y supo que debía incluirla en la obra.
Un fragmento de Vladimir C. el vigilante del campo de mostaza
«Y mientras fumaba aquellos olorosos cigarrillos, mi mente solo podía pensar en las palabras de aquel psicólogo que cuando niño me decía: tú esperas con miedo. Y yo daba una vuelta de 360 grados para no caerme de aquel sofá negro, pisaba con firmeza el parquet brillante que chirriaba, de seguro que, pasaba lo mismo cuando los pasos de cualquier paciente abatido se apoltronaban en el mismo sillón».