Una nueva exposición pictórica corona las paredes de Los Altos del Marqués desde el lunes 10 de julio. Las 25 piezas que llevan la firma de la artista Wilma Camacho estarán en exhibición a lo largo de todo un mes y con la posibilidad de conocer la obra de forma gratuita.
Se trata de un conjunto de óleos y acrílicos que, si bien muestran elementos tan distintos como bailarinas, toros, bodegones, chunchos y chapacas, comparten todos la saturación y variedad de colores que Wilma Camacho identifica como un sello propio.
Wilma, nacida en Bermejo, dio algunos de sus primeros trazos hace ya más de 15 años, con los que empezaba una carrera artística desde la formación autodidacta. Autodidacta, sí; mas no solitaria, pues una constante en sus horas creativas es la de pintar en grupo.
«Me inspira todo lo que tiene color».
En el campo por lo general, y con La Victoria como zona predilecta, Wilma solía juntarse con un grupo de amigas artistas para dar rienda suelta a sus trazos. La experiencia de pintar junto a otras personas ha evolucionado con el tiempo hasta convertirse en verdaderos eventos de pintura en vivo, como los que realizaba los Jueves de Bohemia en la pizzería Pizza Pazza.
A sus 68 años suma 22 exposiciones individuales, la mayoría en Tarija, pero con algunas realizadas en La Paz y Salta. Sus cuadros, además de las ciudades mencionadas, también se lucen en paredes mexicanas y alemanas.
Wilma se refiere a dos motivaciones para pintar: la naturaleza y los colores, y mejor cuando van juntos. Es por eso que los paisajes, flores y bodegones son el espacio perfecto para lucir los brillantes matices de su pincel. Sin embargo, también tiene una atracción por la naturaleza muerta. Lejos de ilustrarla con la frialdad de aquello que ha perdido la vida, utiliza matices cálidos para representar, por ejemplo, hojas secas en tiempos otoñales.
Sobre la actual exposición, llamada Calidez y energía, en Los Altos del Marqués —ubicado en la calle La Madrid entre General Trigo y Sucre—, explica que también resaltan los colores. Aquellos cuadros que resumen y encarnan el concepto del nombre son Castañuelas y Danza de fuego, cuyas bailarinas muestran toda su energía entre rojos, naranjas y amarillos.
Para la artista es importante la existencia de espacios como el que ahora ocupa, del que destaca la iluminación y la chance de conocer su obra a la par que vivir otros eventos a realizar en el futuro. Para Wilma, en Tarija aún faltan espacios para el arte, tanto para mostrarlo como para crearlo, por ejemplo, con eventos de pintura en vivo.
Las 25 obras expuestas en Calidez y energía están a la venta. Si bien Wilma confiesa que sufre un pequeño dolor cada que se desprende de un cuadro, señala que no es sencillo mantener la producción constante de pinturas. Entre el precio de lienzos, óleos, acrílicos, pinceles, paletas y marquetería, cada cuadro implica una inversión que necesita recuperar para seguir creando.
A sus 68 años, calcula que su obra abarca más de 600 piezas, cifra que sigue aumentando.