Puestos de venta abandonados y poco mantenimiento de la infraestructura son las primeras impresiones al ingresar a cualquiera de los mercados municipales de la ciudad de Tarija. Mercados como Abasto del Sur, Avaroa, Bolívar, Central, El Molino, El Dorado, La Loma, Lourdes, San Bernardo y San Martín entre los principales se encuentran descuidados. La falta de mantenimiento, de vendedores y de personal es evidente.
El secretario de relaciones del Mercado Central, Adán Peralta, expuso una serie de problemas que afectan tanto a los locatarios como a los consumidores.
Cada sector del Mercado Central aporta un promedio de Bs 10 diarios para su mantenimiento, pago que es conocido como “canchaje” . Peralta que también es vendedor de este centro de abasto considera que esta cifra es «elevada» a comparación de otros mercados del país.
Peralta dijo que estos recursos no solo son para el mantenimiento de este centro de abasto, sino de todos los mercados municipales, siendo un monto insuficiente.
Durante el recorrido por el Mercado Central se puede observar que ambas escaleras eléctricas siguen funcionando en una sola dirección: hacia arriba. Esta realidad se mantiene a pesar de que en una entrevista anterior el jefe de la Unidad Técnica de Mercados, Adrián Iturri Gutiérrez, estimó que a principios de octubre funcionarán con normalidad y se aplicarían «estrategias» para mejorar la vida orgánica en el último piso, además de realizar un mantenimiento más eficaz de la ventilación.
La realidad es que uno de los ascensores se encuentra fuera de servicio, la mayoría de los puestos del último piso están cerrados y lo único resuelto hasta ahora es la ventilación. Esta situación no solo limita el acceso de los clientes a los diferentes niveles del mercado, también genera descontento entre los locatarios y visitantes.
La baja afluencia de clientes en ciertos sectores es un problema que preocupa a los comerciantes.
Peralta dijo que esta disminución afecta directamente las ventas y la viabilidad económica de los locatarios.
Las estrategias para atraer más consumidores vienen de parte de los vendedores y no así de la parte técnica de la Alcaldía, ni del sector profesional, en este caso colegios de arquitectos o de ingenieros.
Una de las estrategias propuestas por las vendedoras es que las escaleras mecánicas estén en una sola dirección, acción que es criticada por los propios consumidores.
El argumento de las vendedoras es que al estar ambas escaleras en la misma dirección, obliga a los visitantes a dar una vuelta por todo el piso, pasando por los diferentes puestos.
Además, quedaron de organizar ferias todos los lunes, que en primera instancia debían ser en el tercer piso para atraer clientes a ese nivel, pero las mismas son realizadas en la planta baja, lo que ha generado fuertes críticas de los visitantes por el mal aspecto que se da al centro de abasto que era considerado un espacio turístico.
Ni las ferias, ni las escaleras mecánicas en una sola dirección aumentaron el flujo de visitantes, al contrario, generaron críticas. Con esta situación, el tercer piso es utilizado como un depósito.
El urbanista y académico Dardo Pantoja Durán, indica que las escaleras mecánicas del Mercado Central están “relativamente” bien ubicadas en términos de accesibilidad como de visibilidad, a pesar de que el sector gremial ha tomado la decisión de mantenerlas unidireccionales.
Para el urbanista, esta determinación carece de sentido funcional y no responde a las necesidades básicas de movilidad de los compradores dentro del mercado.
Adrián Iturri refiere que, para fomentar la vida orgánica en el tercer piso, se habilitó una oficina de la Secretaría de la Mujer. En cuanto a las escaleras eléctricas, menciona que hay un retraso en la contratación por los «trámites», el cambio de moneda y la situación actual del país.
El técnico municipal estima que en una o dos semanas la empresa adjudicada comenzará el mantenimiento de los ascensores, montacargas y las escaleras mecánicas.
A partir de entonces, se prevé que las escaleras mecánicas funcionen de forma alternada, con una de subida y otra de bajada, intercalando su uso semanalmente. Menciona que las escaleras y los ascensores son estropeados por los mismo locatarios. ”A pesar de que hay un elevador montacarga suben sus ollas y cajas por el que no tiene la capacidad para eso”.
No solo el Mercado Central enfrenta problemas de mantenimiento y afluencia. Uno de los más abandonados y con serias deficiencias en este aspecto es el de Lourdes, donde se observan tiendas cerradas y pocos vendedores. Otros mercados como La Loma, El Molino, San Martín y Bolívar respectivamente, también requieren atención en limpieza y mantenimiento general.
Puestos abandonados, pisos sucios, ascensores y escaleras mecánicas en mal estado muestran el panorama de la cadena de mercados municipales, que en algún momento, fueron citados como potenciales atractivos turísticos de la ciudad de Tarija.