10.
Frente al largo mesón de la farmacia -con su mejor sonrisa, aunque le falte un diente- se dirige, achinada de exceso la mirada, hacia una de las dependientes: “Mi amor, dame por favor un Alikal; un Dextrotón y… (Piensa en voz alta, el gesto exagerado la delata y antecede), ¿con qué más curo el chaqui de este cojudo…? Ya, y un tarro grande de lubricante íntimo más mi amor, por favor. Cuanto es? Señor, yo quisiera / tener una casa, / una casa llenita de jlores / alantuyas, verbenas, albahacas azucenas, paicos /rosas, amancayas / pananitas, congonas y un campo / -campo de labranza- / un terreno que apenas cupiera / una fanegada;/ una yunta e’ güeyes / mis ovejas, mi burro, mis cabras,/ mi caja adornada con borlas,/ con borlitas de lana rosada,/ mi viulín, mi erque,/ mi quena y mi caña;/ un tordillo de paso y de brazo/ y una linda montura chapiada; /Y una güena mujer que me quiera/ con tuita su alma/ y unos chiutas que seyan retrato /vivu de su mama”.
“¿Me has visto en la electrónica?”, “Creo que sí, al comienzo, no? Luego hay un episodio en mi cabeza que no conecta con lo demás: fui abducido por extraños en mitad de la noche y acabé en una casa desconocida, nueva, semivacía y lujosa, donde ya no había trago. Desperté en mi cama con pijama”. “Bueno, no es tan grave. Yo terminé de dancing queen en un boliche gay”.
La infusión contiene té verde, hierba buena y menta. A veces le aumenta limón y mucho hielo. Refresco vespertino y curador. “Es como si la ansiedad necesitara llegar a un estadio sensitivo que la bloquea y ahí quedarse un rato, dosis mediante. ¿Este alivio cotidiano y momentáneo es la adicción, lo conseguí?”, “Capaz. Yo me di tanto que no debería ser capaz de pensar… pero todavía pienso, aunque poco y cagadas, pero pienso”.
¿Dónde dejé las últimas copias del carnet de identidad? Un día se levantarán como zombies de sus folders y me comerán el cerebro, las huellas dactilares. A estas alturas el verano refresca y a todo el esfuerzo le sobreviene la yesquera y la banalidad, pero pronto vendrá el carnaval. Habrá que arrostrarlo. “Comadres es mi última esperanza, si ese jueves maldito no pillo nada me dedico a otra cosa, aunque no sé a qué”. “A lo mismo que te estás dedicando no más, ya vas a pillar algo. Ponle más empeño”.
Vos tan necesitada de amor y con tanto para dar. Sería destrozarnos cuerpo mente y corazón en menos de seis meses, y luego hacerte una canción y luego todo bien. Lo corazones negros que nos mandamos eran las provocaciones sexuales de una adicta. Mejor dejen la historia de la ciudad como está, no hay para qué investigar ni escribir. Nadie lee. Nadie que valga la pena agarra un libro en esta ciudad.