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En el Tintero

Santa Anita: Las pequeñas manos que iniciaron con la tradición

Todo comenzó como una presentación de los trabajos de manualidades, aprovechando la celebración católica de Santa Ana

Son pocos los libros o folletos que pueden encontrarse respecto al surgimiento de la tradicional fiesta de Santa Anita en la ciudad de Tarija, pero las diferentes fuentes de información nos devuelven al mismo lugar: la congregación de las hermanas de Santa Ana y la elaboración de manualidades por parte de niñas del internado, que eran hijas de hacendados como de mujeres humildes que apenas tenían dinero para almorzar.

Religiosas, historiadores, funcionarios municipales y vecinos de San Roque, coinciden en que los inicios de esta festividad se debe a la primera exposición efectuada por las mujeres  que eran apoyadas por las hermanas de la congregación, que fue realizada el 26 de julio, en el día deSanta Ana, la abuela de Jesús. 

Esta exposición presentaba manualidades en miniatura que las niñas del internado ponían a la venta.

Las hermanas de Santa Ana iniciaron su trabajo en Boliviael 14 de mayo de 1884 durante el Gobierno del general Narciso Campero Leyes (1813-1896+), aunque quien propició su llegada, fue Aniceto Arce Ruiz (1824-1906+), según asegura a Verdad con Tinta el director del Archivo Histórico de Tarija, Elias Vacaflor Dorakis.

En ocasión de celebrarse el 26 de julio de aquel mismo año, el día de Santa Ana, las hermanas organizaron un acto de confraternidad infantil que consistía en sencillos bazares en los que se expendían juguetes, ropa de muñecas, masitas, refrescos y otros enseres realizados por las niñas, como mujeres que eran capacitadas en este lugar. 

Las más grandes junto a las pequeñas  del internado de Santa Ana, aprendían a realizar tejidos y bordados, entre otros productos.

En los pequeños envases sobresalen grandes sabores roto crédito: Diego Burgos

Eran 40 las niñas que formaban parte del colegio que estaba a la cabeza de la hermana Ana Camila Valentina. Aquellas mismas jóvenes serían las que ubicarían los primeros bazares frente a la iglesia de San Roque, según explicó a Verdad con Tinta el historiador de este barrio, Manuel Oscar Chávez Ferreira. 

“La escuela estaría ubicada en lo que hoy es la calle Campero casi esquina La Madrid en la casona de Los Moreno”, acota Vacaflor. 

Dos años después de esa primera exposición, los bazares serían trasladados a la entonces denominada “Calle Ancha”, por el entusiasmo generado en los vecinos de la zona que empezaron a hacerse partícipes de la festividad, que tenía “carácter netamente religioso”.

Para subsanar el pago de las vestimentas pequeñas, surge la idea de intercambiar con botones, consolidando la fiesta poco a poco en todo el poblado, tomando la celebración deSanta Ana más realce en Tarija, que en cualquier otro sitio del país. 

“El trueque, era una diversión propia de la edad, que con el tiempo se amplificó a nivel de toda la sociedad”, dice un resumen histórico del Gobierno Municipal respecto a la tradición.  

La Calle Ancha, detrás de la iglesia de San Roque, era un espacio usado por vendedores y demás artesanos, porque el pueblo, especialmente los fines de semana, se volcaba a esta zona. “Era como lo que vendría a ser hoy el Mercado Campesino”, contextualiza el historiador Vacaflor.

Otro motivo para el traslado de los bazares a la Calle Ancha, según Chávez Ferreira, era que el barrio de San Roque, en esa época, era el vecindario de los artesanos de Tarija. 

“Estaban los mejores orfebres, joyeros, carpinteros, plateros, ebanistas, porque Tarija era una bisagra de conexión entre el oriente y el –océano- Pacífico”.  

Santa Anita, la fiesta de la miniatura en Tarija. Foto crédito: Diego Burgos

La Calle Ancha en sí era el límite de la ciudad, hasta ahí llegaba;  y más que una vía de tránsito de vehículos, era un lugar espacioso donde se propiciaba el comercio, especialmente en una época en que Tarija era una zona de paso. Así, la fiesta cada año tomó más fuerza.

Pese a su relevancia, durante un tiempo la festividad fue olvidada. En época de la Guerra del Chaco (1932-1935), la festividad estuvo a punto de perderse, pero fue restablecida por alcaldes como Isaac Attie (1894-1914+) o religiosos como el padre Bartolomé Attard (-1979+),después de 1940. 

La fiesta de Santa Anita en la calle Cochabamba creció en 1967 desde la esquina Campero hasta Daniel Campos. 

La feria de Santa Anita, como se la conoce en la actualidad, aparecería el año 1970 aproximadamente, cuando empezaron a llegar comerciantes del occidente del país exclusivamente para esta ocasión, vendiendo juguetes de lata especialmente, como los pequeños camiones. 

Luego ingresarían los billetes en miniatura y otroscaracterísticos de la festividad de “Alasitas” de La Paz, que se fue expandiendo por todo el país.

En la época de los 70, además del día de Santa Ana, la calla Cochabamba pasó a recibir por una o más semanas con el consentimiento de los alcaldes de turno, a comerciantes y artesanos de diferentes partes del país queofrecían juguetes en miniatura; la mayoría que sobraban de las ventas de Alasita, que se celebra en enero en La Paz, la cual se repite en diferentes meses en otras ciudades. 

La celebración de Alasita se basa en un ritual andino, donde sobresale la figura pagana del Ekeko o dios de la abundancia. Ambas fiestas,  religiosa y culturalmente tienen un origen distinto, pero un mismo fin para elcomercio informal.   

Lidia Moreno Pantoja más conocida como sor Ana, con más de 80 años le contaba años atrás a Verdad con Tinta con añoranza su niñez en la que ya jugaba al intercambio de conchitas en Santa Anita.

La monja, aquella vez hizo un recorrido con su melancólica mirada la calle General Trigo de los años 50,  donde pasó su niñez, cuando llegaba el día de Santa Anita y sus familiares le preparaban el bazar para sacar a la venta. 

“Mi hermano me hacía hojarasquitas, naranjitas de zanahoria, mermeladas pequeñas en platillitos, también me hacían papa a la huancaína, todo pequeñito”, revivía la religiosa, quien en el año 1960 decidió hacer sus votos y dedicar su vida al “Señor”.

Para ella, la fiesta tomó otra dirección, sor Ana rememoraa Santa Anita como una festividad de los niños con el intercambio de conchitas, un día que era esperado con ansias  por los más pequeños de la casa, situación que cambió  con la llegada del comercio que fue imponiéndole  otra tónica. 

La religiosa dijo que en el colegio,  ya no hacen la exposición de productos en miniatura, pero sí celebran a Santa Ana con una misa, además de acompañar el 26 de julio a la procesión que sale de la parroquia de San Roque. 

En su lento caminar durante la procesión con sus hábitos de color celeste,  las monjas de Santa Ana son el presente de un pasado mágico.

Los chanchitos de alcancía, los clásicos de la suerte son blanca. Foto crédito: Diego Burgos.

Santa Anita y el comercio

El crecimiento de la ciudad, hizo que sea casi imposible mantener la calle Cochabamba cerrada por una semana o más durante la festividad, motivo por el que la Alcaldía determinó hacer drásticos cambios. 

El campo ferial municipal del barrio El Constructor fue habilitado en el año 2016 para el traslado de los vendedores de artículos en miniatura de Santa Anita.  

La fiesta tradicional se mantuvo el 26 de julio en la calle Cochabamba, pero solo con la exposición de bazares para niños, además de la procesión con la imagen de Santa Ana.

Se agregaron otros eventos, como la “Noche de Talentitos” en el barrio San Roque que es realizada un día antes de la festividad.

Los barrios

La festividad dejó de ser exclusiva del barrio San Roque, y la esencia de valorar lo más pequeño se mantuvo vigente en otras zonas de la ciudad.

Uno de los barrios que trasladó esta tradición a sus calles es Las Panosas, donde se celebra hace 22 años esta actividad, con una participación masiva de sus vecinos, especialmente de los más chiquitines. 

Los pequeños bazares con platos en miniatura son el común denominador,  mientras cientos de visitantes van probando de todo un poco. 

Son más de 20 barrios que en las fechas previas a la festividad de Santa Anita, se organizaron el pasado añogradualmente con sus mini ferias.

Santa Anita 2.0

La pandemia del coronavirus afectó a la festividad de Santa Anita, pero no mató las raíces de la tradición. Si bien no podrán verse los bazares en las calles, las familias se dan modos para vender los pequeños productos que oferten sus niños. 

Las ofertas aparecen en las redes sociales con la imagen de los pequeños vendedores, ofertando entregas a domicilio, según indican los artes publicitarios. “Festeja Santa Anita en casa”, dicen algunas de las promociones que se ven en las redes sociales.

“Haremos algo en casa para mantener las tradiciones”, le cuenta a Verdad con Tinta, Valeria Darwich Arandia, quien fue una de las organizadores de la fiesta de Santa Anita en la plazuela Sucre junto con la empresa Mundo Mágico.

La Secretaría de Turismo y Cultura de la Alcaldía tarijeña anunció para hoy la transmisión de diferentes actividades relacionadas con la festividad de Santa Anita por medio de su página en Facebook. 

Los bazares se trasladan este 2020 a la nube digital, perono importa dónde sea, siempre es buen momento para disfrutar de los más pequeños. 

Pequeños detalles de una gran tradición: Foto crédito: Diego Burgos.

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